El programa "Impulso Araucanía", que implica inversiones por US$24.000 millones, se suma a la lista de esfuerzos anteriores por zanjar el conflicto vinculado principalmente a la disputa de tierras ancestrales y ha sido uno de los temas prioritarios del mandatario.
Santiago. El presidente chileno, Sebastián Piñera, presentó este lunes un plan que implica inversiones por US$24.000 millones para poner fin a un dilatado conflicto entre el Estado y pueblos indígenas en el sur del país.
El programa "Impulso Araucanía" se suma a la lista de esfuerzos anteriores por zanjar el conflicto vinculado principalmente a la disputa de tierras ancestrales y ha sido uno de los temas prioritarios del mandatario de centro derecha.
"No es la respuesta final, es una propuesta que esperamos pueda ser analizada y enriquecida por toda la sociedad civil", dijo Piñera en su presentación.
El conjunto de iniciativas en varios sectores contempla mayor reconocimiento constitucional indígena e incrementar su participación en cargos de elección popular, además de dar urgencia al proyecto que crea el ministerio de pueblos originarios.
"Sabemos que los problemas y los rezagos no son nuevos, se arrastran desde hace decadas (...) ese no debe ser un obstáculo sino una motivación para entregar lo mejor de nosotros mismos para cambiar la historia", agregó.
Unos 600.000 mapuches viven en Chile, principalmente en las regiones de La Araucanía y Biobío, empobrecidos sectores ubicados entre 500 y 700 kilómetros al sur de Santiago.
Piñera detalló que el plan compromete US$8.000 millones de inversión pública entre 2018-2026, a lo que deberían sumarse otros US$16.000 millones de recursos privados.
Entre las propuestas se incluye flexibilizar el manejo de las tierras indígenas, mecanismos de financiamiento, subsidios habitacionales y una decena de nuevos hospitales.
Además enfatizó la intención de aplicar en la región una reconversión de cultivos tradicionales por otros de mayor rentabilidad para el país como cerezos, arándanos, olivos y viñas.
En los últimos años se han multiplicado los sabotajes en La Araucanía y otras zonas aledañas a través de quemas de casas, camiones y maquinarias de forestales como Empresas Copec y Empresas CMPC, dos de las mayores productoras mundiales de celulosa.