Un optimismo moderado entre las partes ha persistido desde que comenzaron las conversaciones a mediados de noviembre, pese a tensiones causadas por un recrudecimiento de las acciones ofensivas de las FARC, que incluyeron ataques y el secuestro de dos policías y un soldado.
La Habana. La guerrilla de las FARC y el gobierno de Colombia reconocieron este domingo "aproximaciones" en el tema agrario, el primero de cinco puntos planteados en la negociación, al cierre del cuarto ciclo de conversaciones que buscan alcanzar un acuerdo de paz tras medio siglo de conflicto armado.
Un optimismo moderado entre las partes ha persistido desde que comenzaron las conversaciones a mediados de noviembre, pese a tensiones causadas por un recrudecimiento de las acciones ofensivas de las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que incluyeron ataques y el secuestro de dos policías y un soldado.
Más temprano el domingo, las FARC dijeron que el diálogo que se lleva a cabo en La Habana avanza a ritmo de "tren bala", mientras que el Gobierno reconoció que "el buen ritmo" se mantendrá siempre que se cumpla con la agenda acordada.
La agenda incluye el mencionado tema agrario, garantías para la participación política del grupo guerrillero, el fin del conflicto, la lucha contra el narcotráfico y la compensación de las víctimas.
"En el marco de la discusión del primer punto de la agenda -la Política de Desarrollo Agrario Integral - se abordó el análisis exhaustivo del punto de acceso a la tierra, apareciendo aproximaciones sobre el propósito de dar acceso progresivo a la tierra al mayor número posible de colombianos que no la posean", dijo un comunicado conjunto emitido por ambas partes.
El gobierno del presidente Juan Manuel Santos y la mayor guerrilla colombiana iniciaron en noviembre un diálogo en La Habana bajo el principio de que "nada está acordado hasta que todo esté acordado".
El gobierno ratificó este principio el domingo al término del cuarto ciclo de las conversaciones y aclaró que la agenda no variará en respuesta a propuestas recientes de las FARC acerca de los temas pactados con antelación.
"No estamos aquí para hablar de lo divino y lo humano. Hay un derrotero claro de los temas motivo de estos diálogos y no vamos a desviarnos", dijo Humberto de La Calle, jefe negociador del Gobierno, al leer un comunicado después del cual no admitió preguntas.
Las FARC han propuesto hasta ahora mayores regulaciones en sectores clave como la minería y el petróleo, y otras relativas al reordenamiento del campo y la participación política de los campesinos, pero de La Calle fue contundente.
"Algunas de las propuestas de la guerrilla, como por ejemplo el tema minero energético o la idea de frenar la construcción de megaproyectos para la generación de energía eléctrica, sencillamente no forman parte de las discusiones de la mesa", aclaró.
Persiste voluntad de diálogo. El presidente Santos dijo recientemente que ve "voluntad" en el grupo negociador de las FARC para llegar a un acuerdo de paz que permita el fin de un conflicto interno de casi cinco décadas y aseguró que no se levantará de la mesa de diálogo mientras persista esa actitud.
No obstante, el Gobierno ha respondido a los ataques rebeldes y en un bombardeo del Ejército murieron seis guerrilleros, incluido un líder rebelde cercano a Iván Márquez, jefe negociador de las FARC.
El canciller de las FARC, Rodrigo Granda, dijo a periodistas más temprano el domingo que el proceso para la liberación de los dos policías y el soldado secuestrado por las FARC "va por muy buen camino".
Ivan Márquez, que lidera las negociaciones por las FARC, dijo el domingo a periodistas que ya se entregó "el protocolo de seguridad" para la liberación de los prisioneros.
Aunque las FARC, consideradas terroristas por Estados Unidos y la Unión Europea, propusieron al Gobierno pactar un cese bilateral al fuego mientras avanza la negociación, Santos rechazó esa posibilidad y advirtió que una tregua sólo se dará con la firma de un acuerdo definitivo para el fin del conflicto.
El Gobierno de Santos también descartó la posibilidad de suscribir acuerdos intermedios para reducir la intensidad de la confrontación y calificó los recientes ataques de las FARC como una estrategia de presión.
Un eventual acuerdo de paz es clave para el país sudamericano y podría impulsar el desarrollo en la cuarta mayor economía de la región.
Analistas reconocen que las FARC tienen aún capacidad de realizar ataques de gran impacto como lo demostraron en la ofensiva reciente, pese a que en los últimos años han sido debilitadas tras más de una década de ofensiva militar en la que han muertos varios de sus principales comandantes.
El diálogo se reanudará el próximo 18 de febrero en La Habana.