Tal rechazo al gobierno de Guatemala obedece, según analistas consultados, a la persistente sensación de inseguridad reinante en prácticamente todas las regiones del país y a la falta de cumplimiento de varios ofrecimientos electorales.
De 17.320 llamadas válidas recibidas por medio del Voto Libre, 16 mil 598 —95,83%- fueron para calificar de “malo” al gobierno de Álvaro Colom, mientras la opción “bueno” tuvo 722 votos, para 4.17%.
Tal rechazo obedece, según analistas consultados, a la persistente sensación de inseguridad reinante en prácticamente todas las regiones del país y a la falta de cumplimiento de varios ofrecimientos electorales.
Expresión ciudadana. Los lectores de Prensa Libre fueron invitados a participar en forma voluntaria, por vía telefónica, en una calificación de la gestión de Colom, para lo cual se habilitaron dos líneas con las opciones bueno y malo.
Durante cuatro días estuvo abierto el Voto Libre efectuado por la empresa Claro, a pedido de Prensa Libre. El sistema recibió 22. 847 llamadas, de las cuales fueron depuradas 5.453, debido a que se hicieron desde números telefónicos repetidos, mientras otras 74 carecían de identificación, por ser número restringido.
La mayoría de participaciones fueron desde celular: 11.312, en tanto que desde teléfonos fijos hubo 4.523 llamadas de la región metropolitana, 403 del área suburbana y mil 82 de la provincia, lo cual evidencia un alto nivel de participación.
Uno de los aspectos llamativos es que, de las mil 82 llamadas de departamentos, solo 30 marcaron a favor de la opción “bueno” para Colom.
Causas. Desde la primera Encuesta Libre publicada por este matutino en mayo último se hizo ver que la inseguridad era la principal preocupación de los guatemaltecos en la capital, interior urbano e interior rural, pese a que el lema “La violencia se combate con inteligencia” fue clave para el triunfo electoral de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) en los comicios de 2007.
No obstante, muchas ofertas electorales no pudieron “operativizarse” políticamente, afirma el politólogo Franco Martínez.
“Un presupuesto financiero comprometido en más del 85% a funcionamiento y el 15% a inversión física, además de que no hubo acuerdo de élites, pacto de actores donde pudiera lograrse una reforma fiscal, impidió el alcance del plan”, dice el analista.
El politólogo de la Universidad Rafael Landívar, Renzo Rosal, refiere que hubo distancia entre las promesas electorales y lo que realmente podía cumplirse en el gobierno, como el asunto de la seguridad ciudadana.
“También en nuestro medio tradicionalmente los presidentes tienden a recibir una especie de castigo en las evaluaciones; es una tendencia histórica”, indica Rosal.
En sus palabras. Tres analistas consultados coincidieron en que un ofrecimiento cumplido fue el dirigido a los pobres, con la creación de los programas sociales, pero la “gran deuda” fue que la población estaba agobiada por la violencia.
Lo paradójico es que el mismo Colom lo dijo en su toma de posesión, el 14 de enero del 2008: “Una promesa incumplida y que es muy sensible, por afectar directamente a los hogares, fue el ‘programa de gobernabilidad en —sus— dos capítulos definidos (...) No hay gobernabilidad sin seguridad, no hay gobernabilidad sin justicia”.
“A lo largo del período de los cuatro años fue creciendo la sensación de mayor inseguridad”, expresa Wilson Romero, analista del Instituto de Investigaciones Económicas Sociales de la Universidad Rafael Landívar.
También la politóloga Paulina Cruz recuerda que Colom logró triunfar en la contienda electoral en el 2007 gracias a su eslogan, pero el gobierno de la UNE no logró sacar a Guatemala de las notas rojas a escala internacional. Por el contrario, el 2011 estuvo repleto de crímenes de alto impacto, como los 27 decapitados en Petén, el asesinato del cantautor argentino Facundo Cabral o las más de 60 víctimas descuartizadas en diversos hechos.
Productividad. “La inversión pública fue muy pobre, insuficiente, y se incrementó el gasto de funcionamiento y deuda”, dice Manuel Pérez Lara, rector de la Universidad del Istmo y ex integrante de la Junta Monetaria.
“Desincentivó la producción; maquilas y otras empresas abandonan el país”, considera Pérez Lara, en materia de reglas claras, y sostiene que “no se hizo nada” con las micro, pequeñas y medianas empresas.
Construcción de vivienda, ordenamiento de la administración pública y reforestación son otros asuntos que quedaron al margen de los logros, aunque fueron mencionados en el discurso del 14 de enero del 2008.
Los expertos asocian lo anterior a que no pudo concretarse con éxito un diálogo con los diferentes sectores de la sociedad, pese a que se hicieron varios intentos.
Aún así, el propio presidente Colom, al ser consultado sobre cómo se evaluaría, respondió que consideraba tener 8 sobre 10. La población tenía una opinión distinta.