Ante la prolongación de las marchas, Duque prometió un "gran diálogo nacional", centrado en los problemas sociales y la lucha contra la corrupción, que se extendería hasta mediados de marzo, e invitó a los ciudadanos a presentar propuestas sobre cómo mejorar el país.
Bogotá. El presidente de Colombia, Iván Duque, se reunirá este lunes con líderes sindicales y de gremios empresariales en busca de aplacar las protestas contra la política económica y social del Gobierno, que entraron en su quinto día.
En las protestas, que han ido decreciendo desde el primer día -cuando se reunieron unas 250.000 personas-, los manifestantes han marchado contra supuestos planes de reformas, como el recorte al salario mínimo para los jóvenes y el aumento de la edad de pensión, lo que Duque ha negado.
Los manifestantes también se han enfocado en rechazar la corrupción, lo que consideran la falta de acción del gobierno para detener el asesinato de cientos de activistas de derechos humanos y de algunos líderes indígenas, y la implementación por completo de un acuerdo de paz con los exrebeldes de las FARC, que Duque intentó modificar sin éxito.
Ante la prolongación de las marchas, Duque prometió un "gran diálogo nacional", centrado en los problemas sociales y la lucha contra la corrupción, que se extendería hasta mediados de marzo, e invitó a los ciudadanos a presentar propuestas sobre cómo mejorar el país.
Las protestas han sido en gran medida pacíficas, aunque los dos primeros días estuvieron marcados por saqueos y actos de vandalismo que obligaron a que se estableciera un toque de queda en Bogotá y Cali por una noche.
Más temprano este lunes, la agencia gubernamental Migración Colombia dijo en un comunicado que deportó a 59 venezolanos que "estarían realizando una serie actividades que podrían en riesgo el orden público y la seguridad nacional".
Actualmente alrededor de 1,4 millones de venezolanos viven en Colombia.
Los casi 16 meses de gobierno de Duque han estado marcados por bajos índices de aprobación y dificultades para lograr la aprobación de reformas y proyectos ante un Congreso en el que no goza de una mayoría importante.