Pese a los débiles indicadores económicos, Rousseff sigue siendo popular gracias al fuerte crecimiento del crédito, el bajo desempleo y el alza de los salarios, que han ayudado a amortiguar el impacto de la desaceleración de la economía.
El Gobierno de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, alcanzó un nivel de aprobación récord abril, pero los votantes siguen esperando el regreso de su predecesor Luiz Inácio Lula da Silva, reportó el domingo un periódico.
El 64% de los brasileños cree que el Gobierno de Rousseff está haciendo un buen o excelente trabajo, subiendo cinco puntos porcentuales desde el 59% registrado enero, indicó el periódico Folha de S. Paulo, citando un sondeo de su división de investigación Datafolha.
Esta es la tasa de aprobación más alta del Gobierno de Rousseff desde que asumió el poder en enero del 2011, dijo el periódico.
El nivel de aprobación a Rousseff fue incluso mayor, llegando al 68%. Su manejo de la desaceleración económica del país y una posición dura contra la corrupción la han puesto entre los líderes democráticamente electos más populares del mundo.
La mayor economía latinoamericana se enfrió bajo el mandato de Rousseff, expandiéndose un decepcionante 2,7% tras ser afectada por las repercusiones de la crisis de deuda europea y una desaceleración del crecimiento en China. Pero Rousseff sigue siendo popular gracias al fuerte crecimiento del crédito, el bajo desempleo y el alza de los salarios, que han ayudado a amortiguar el impacto de la desaceleración de la economía.
Aún así, ante la pregunta de a quién preferirían como candidato del gobernante Partido de los Trabajadores en las próximas elecciones presidenciales, el 57% de los consultados escogió a Lula, mientras que el 32% optó por Rousseff, dijo Folha.
Lula, un ex líder sindical, presidió Brasil durante un auge económico que sacó de la pobreza a más de 20 millones habitantes del país, con la economía expandiéndose a un 7,5% en su último año de gobierno.