El gobierno peruano ofreció este viernes no dar más concesiones mineras en una región fronteriza con Bolivia donde se han producido protestas en rechazo a estas actividades, para intentar sofocar el fuerte conflicto en la zona.
Lima. El gobierno peruano ofreció este viernes no dar más concesiones mineras en una región fronteriza con Bolivia donde se han producido protestas en rechazo a estas actividades, en busca de sofocar el fuerte conflicto en la zona que podría empañar la elección presidencial del 5 de junio.
En Puno, a unos 1.000 kilómetros al sureste de Lima, la protesta parece agravarse luego de que cientos de manifestantes atacaron el jueves sedes públicas y privadas y la misma situación continuaba el viernes, según despachos radiales.
Los dirigentes de la protesta antiminera, que comenzó hace más de dos semanas en Puno, han amenazado que la zona no participará en las elecciones si el Gobierno no elimina todas las concesiones vigentes y futuras.
Perú se alista para realizar la segunda ronda electoral entre la conservadora Keiko Fujimori y el nacionalista Ollanta Humala. Según las últimas encuestas, Fujimori lidera las preferencias pero con un estrecho margen frente a Humala.
"Hemos planteado a partir de ahora no más petitorios mineros en la zona, o sea nadie más podría entrar a la zona sur de Puno. Trabajemos a través de la comisión multisectorial punto por punto casos de concesiones mineras que estén dañando el ambiente", dijo el vice ministro de Minería, Fernando Gala, desde la región sureña a un canal de televisión local.
El funcionario afirmó que esperará la postura de los dirigentes de los pobladores que se oponen a las concesiones.
La protesta pondría en riesgo el balotaje en Puno, cuya población electoral es pequeña pero por la reñida contienda los votos serían clave en los resultados.
En Puno operan pequeñas firmas con proyectos de metales preciosos, así como la minera de estaño Minsur, uno de los mayores depósitos de este metal del mundo.
Enturbia proceso. Humala, un militar retirado que aún es temido por los inversionistas pese a haber moderado su discurso de izquierda, invocó al gobierno a resolver pronto el conflicto.
"En el tema de Puno estamos sumamente preocupados porque a puertas de resolverse en el Perú, definirse quién va a ser el nuevo presidente en el país y el rumbo del país en los próximos cinco años, estamos viendo conflictos sociales que enturbian el proceso electoral", afirmó.
Humala ha advertido en los últimas días de una posible voluntad de fraude por parte del Gobierno para favorecer la candidatura de Keiko Fujimori, hija del ex presidente Alberto Fujimori y considerada una amiga del libre mercado.
El presidente Alan García rechazó esas insinuaciones.
El organismo electoral, la policía y las fuerzas armadas "garantizan la plena e irrestricta vigencia de la democracia y de la limpieza democrática en esta elección", afirmó García.
La última vez que los militares intervinieron en una manifestación en Puno fue en el 2003, en un violento episodio que dejó al menos un estudiante muerto y muchos heridos.
En el 2009, una violenta protesta en contra de la explotación de recursos naturales en la Amazonía dejó más de 30 policías y nativos muertos y se convirtió en la peor crisis del Gobierno del presidente García.
"Puede encenderse una mecha que luego puede estallar en un violento conflicto", dijo el analista político Fernando Rospigliosi al comentar la situación en Puno.
La protesta ha paralizado el comercio entre Perú y Bolivia a través del bloqueo de una ruta internacional, en el pueblo binacional de Desaguadero en Puno, y ha generado el desabastecimiento de productos básicos en la zona.