“Definitivamente, la voluntad de diálogo sigue ahí, está abierta la posibilidad que ellos retomen el diálogo con nosotros, pero tiene que haber un cambio de actitud”, afirmó Juan Manuel Benites.
El ministro de Agricultura y presidente de la mesa de diálogo de Islay, Juan Manuel Benites, reiteró la voluntad del Ejecutivo de dialogar con los agricultores de Arequipa que se oponen al proyecto minero Tía María, pero antes los invocó a un cambio de actitud y deponer las acciones de violencia.
“Definitivamente, la voluntad de diálogo sigue ahí, está abierta la posibilidad que ellos retomen el diálogo con nosotros, pero tiene que haber un cambio de actitud”, afirmó.
Parte de ese cambio de actitud señaló, debe ser “deponer las actitudes violentas” y para que se recupere la paz en el valle de Tambo, porque no es el camino para solucionar los problemas.
“En segundo lugar tener una posición más flexible, escuchar, si realmente sienten que tienen argumentos sólidos para rebatir los estudios de impacto ambiental ¿cuál es el temor de dialogar?”, dijo.
En ese sentido, reiteró que el Gobierno tiene “la mejor voluntad de diálogo” pero que si esta se realiza con condicionamientos, sería dejar de lado el principio de autoridad. Sin embargo, dijo en que los agricultores no ve capacidad de diálogo ni voluntad de resolver las dudas.
Benites refirió que la reunión de ayer no se concretó porque cuatro alcaldes de la provincia de Islay y dos dirigentes del Valle de Tambo, contrarios al proyecto minero Tía María, se retiraron abruptamente, aunque sostuvo que este hecho está dentro de una dinámica de diálogo.
“Hay posiciones extremas, luego se van acercando, y finalmente se llega a algún punto intermedio, lo positivo de ayer ha sido ver a otros sectores que no se habían manifestado de manera tan contundente”, dijo en TV Perú.
Sobre el frustrado diálogo, Benites refirió que en la reunión participaron los congresistas por Arequipa de diferentes bancadas, el alcalde provincial y otras autoridades locales de Arequipa, además de la gobernadora regional de Arequipa, Yamila Osorio.
“La posición de la gobernadora regional de Arequipa me parece un poco más contundente en el sentido de resaltar que si bien hay dudas razonables, también hay actos de violencia que hay que condenar, eso es positivo”, indicó.
Asimismo, señaló que el proyecto de inversión minera Tía María, ya no es tema exclusivo de las localidades de Tambo, Cocachacra, e Islay, sino que afecta a la región Arequipa y al país.
“Aquí está la imagen del país en juego, de ser un país viable para atraer inversiones, porque es capaz de ponerse de acuerdo, de respetar las normas”, afirmó.
En ese sentido, recordó que el Gobierno ha asegurado que las aguas del río Tambo serán exclusivamente para la agricultura, se empezará a construir antes de fin de año la represa de Paltiture, y que se instalará una oficina del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) con seguimiento del Estado.
“Como ministro de Agricultura he señalado que no vamos a permitir que una actividad contamine o perjudique la agricultura, por eso queremos abrir la mesa técnica, escuchar lo que se tiene que decir y evaluaremos. El Ministerio de Agricultura será un garante”, agregó.
Orden Público
Por otra parte, expresó su preocupación por los hechos de violencia que se registran, con presencia al parecer de personas ajenas a la agricultura, el cobró de cupos a los camiones que sacan la producción del valle y el atentado contra la estación de bomberos.
Por ello no se descarta establecer el Estado de Emergencia, aunque refirió que esa es una medida que debe adoptar el Ejecutivo en pleno.
“El Gobierno está evaluando qué acciones tomar para recuperar el orden público porque es necesario; no se puede dialogar en un espacio de conflicto. No se descarta ninguna posibilidad porque el Gobierno tiene que ejercer su mandato constitucional y en ese sentido no vamos a descartar ninguna opción” , afirmó.
Precisó que es importante que “las mayorías también tengan claro que respetamos a las minorías” pero no se puede dejar que se impongan ideas simplemente por una posición violenta que haga que el Estado pierda su principio de autoridad.