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Grupos armados ilegales de Colombia perdieron más de 5.000 combatientes en 2020
Martes, Enero 5, 2021 - 15:12

La cifra incluye muertes en combates, capturas y deserciones de las disidencias de las FARC que se apartaron de un acuerdo de paz de 2016, del Ejército de Liberación Nacional (ELN), del Clan del Golfo, Los Caparros y Los Pelusos, todos vinculados con el narcotráfico.

Bogotá. Los cinco grupos armados ilegales de Colombia perdieron en 2020 más de 5.000 combatientes por la ofensiva de las Fuerzas Armadas que, pese a la pandemia del COVID-19, mantuvieron las operaciones para debilitarlos, evitar su crecimiento en hombres armados y su expansión territorial, dijo un alto jefe militar.

La cifra incluye muertes en combates, capturas y deserciones de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que se apartaron de un acuerdo de paz de 2016, del Ejército de Liberación Nacional (ELN), del Clan del Golfo, Los Caparros y Los Pelusos, todos vinculados con el narcotráfico y la minería ilegal, afirmó el comandante de las Fuerzas Militares, general Luis Fernando Navarro.

"En lo relacionado a las neutralizaciones, en el 2020 hemos hecho aproximadamente 5.120 neutralizaciones. Todos los grupos armados organizados han sido afectados", aseguró el lunes el alto oficial en una entrevista con Reuters.

"Los residuales (las disidencias de las FARC) han perdido un promedio de 1.100 hombres. El ELN ha perdido más de 700 hombres por la acción legítima del Estado, haciendo énfasis en que han sido golpes certeros", explicó Navarro, el oficial que coordina las operaciones del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada.

El Clan del Golfo, considerada como la mayor banda criminal conformada por antiguos paramilitares de ultraderecha, perdió más de 1.800 combatientes, mientras que Los Caparros y Los Pelusos también fueron debilitados, sostuvo el oficial.

Pese a la firma de un acuerdo de paz en 2016 con las FARC para poner fin a un conflicto interno de más de medio siglo que ha dejado 260.000 muertos y millones de desplazados, una parte de esa guerrilla rechazó el pacto y continuó en la lucha armada enfrentando las Fuerzas Armadas del Estado y grupos rivales con los que se enfrenta por el control del narcotráfico.

Las Fuerzas Armadas están autorizadas para bombardear a los cinco grupos armados organizados que tienen presencia en zonas selváticas y montañosas estratégicas para la producción de cocaína y la extracción ilícita de minerales, principalmente oro.

Sin aumento de combatientes. Navarro reveló que la ofensiva de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional impidió que las disidencias de las FARC, el ELN y las tres bandas criminales aumentaran su número de combatientes y su expansión territorial, como lo pretendían.

"No lo lograron y además las afectaciones que le hacen las autoridades colombianas, ellos no tienen la capacidad de recuperarse y por eso consideramos que esta tendencia de sus planes está en contención y nuestro objetivo es llevarlos a un punto de inflexión y vamos a seguir persistiendo en eso", sostuvo el comandante de las Fuerzas Militares.

De acuerdo con un informe de inteligencia al que tuvo acceso Reuters, los cinco grupos terminaron 2020 con alrededor de 6.800 combatientes.

Mientras que las disidencias de las FARC cerraron el año pasado con unos 2.500 combatientes, el ELN terminó con 2.450, el Clan del Golfo con 1.600, Los Caparros con 100 y Los Pelusos con 150, cifras similares a las de 2019.

El oficial destacó los resultados de las operaciones contra los grupos armados ilegales, pese a que por la pandemia del COVID-19 las Fuerzas Militares debieron reforzar la seguridad en las fronteras y desplegar una campaña logística por tierra, aire y agua para entregar más de 19.500 toneladas de alimentos y ayudas a las personas más necesitadas.

"Consideramos que hemos cumplido y seguiremos cumpliendo con nuestros planes, con nuestra estrategia para continuar disminuyendo estos grupos armados organizados", concluyó Navarro al anunciar que en 2021 las Fuerzas Militares tendrán más control territorial como parte de la ofensiva contra las organizaciones armadas criminales para reducir la violencia y combatir el narcotráfico.

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Reuters