Otto Pérez, un general retirado de 60 años, obtenía este lunes el 36% de los votos con 95% de las casillas contabilizadas, de acuerdo con el programa de resultados preliminares del Tribunal Supremo Electoral. El centrista Manuel Baldizón obtenía 24% en el conteo de sufragios.
Ciudad de Guatemala. El militar retirado Otto Pérez, que promete encarar con mano dura a las pandillas y cárteles de la droga que aterrorizan a Guatemala, ganó la primera vuelta de las elecciones presidenciales, pero no alcanzó la mayoría necesaria para evitar una segunda ronda.
Pérez, un general retirado de 60 años y sobre el que pesan acusaciones de abusos en la guerra civil, obtenía el lunes un 36% de los votos con un 95% de las casillas contabilizadas, de acuerdo con el programa de resultados preliminares del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
El centrista Manuel Baldizón, un empresario hotelero y ex congresista, obtenía un 24% en el conteo de sufragios, que tras el cierre de las mesas de votación la tarde del domingo se fueron dando a conocer con mucha lentitud.
En el tercer lugar, con 16% de los votos, marchaba Eduardo Suger, un académico.
Con estos resultados, el 6 de noviembre habrá una segunda vuelta entre el derechista Pérez, del Partido Patriota (PP), y Baldizón, del Partido Libertad Democrática Renovada (Líder). El general retirado necesitaba obtener el 50% de los votos más uno para ganar en primera vuelta.
"Estamos seguros en la próxima ronda, la segunda vuelta que es el 6 de noviembre, vamos a volver a ganar y vamos a volver a ganar con fuerza como hoy estamos ganando", dijo Pérez en una conferencia de prensa en las primeras horas del lunes.
Ningún aspirante a la presidencia del país exportador de café y azúcar ha ganado en primera vuelta desde que regresó la democracia en 1986, tras décadas de gobiernos militares.
Baldizón comenzó a figurar en los sondeos en agosto, luego de que la justicia negó la inscripción de la candidatura de Sandra Torres, la ex esposa del presidente Alvaro Colom.
Las leyes del país prohíben la reelección y que familiares de los mandatarios busquen relevarlos en el cargo. Torres se divorció del presidente meses atrás en un intento por eludir esas reglas.
Más soldados y policías. Las campañas electorales se enfocaron en el fracaso de Guatemala por enfrentar a las pandillas callejeras y contener a los cárteles mexicanos que trasiegan droga de Sudamérica hacia Estados Unidos y cuyos negocios criminales han trasladado a varias naciones centroamericanas.
Además de la inseguridad, que deja una docena de personas asesinadas cada día en el país de 14.7 millones de habitantes, los guatemaltecos sufren de una extendida pobreza.
Pérez, que ha prometido mando dura contra la delincuencia con el despliegue del Ejército para hacer frente a las bandas criminales, quiere contratar 10.000 policías y 2.500 soldados nuevos, mientras que Baldizón ha sugerido la creación de una guardia nacional y apoya la pena de muerte.
Pérez es acusado de su supuesta participación en graves violaciones a los derechos humanos durante la guerra civil de 1960 a 1996 y en la que murieron unas 250.000 personas.
El militar retirado comandó tropas durante el conflicto interno, y fue director de la unidad de inteligencia militar. Pero el general retirado destaca el rol que desempeñó durante la firma de los acuerdos de paz en 1996.
El envío de las tropas a las calles, esquema usado por su vecino México para enfrentar a cárteles, tiene diferentes implicaciones en Guatemala, donde el Ejército cometió cientos de atrocidades durante el conflicto.
Algunos votantes que aún tienen recuerdos de la guerra no están convencidos.
"Los soldados no están entrenados para gobernar", dijo Eduardo Higueros, de 75 años, tras votar el domingo en una mesa que estaba llena de gente.
Pero otros están hartos de la ola criminal y se muestran más abiertos a medidas duras.
"Ladrón visto, ladrón muerto. Nada de encarcelamiento, mátenlos", dijo Hilda Celeste López, una secretaria de 38 años que votó por Pérez.