El mandatario sostuvo vía Twitter que "hasta ahora hemos hecho grandes avances (pero) queda mucho por hacer", al cumplir dos años como mandatario de Haití.
Puerto Príncipe, EFE. El presidente de Haití, Michel Martelly, afirmó este martes, al cumplir dos años en el puesto, que pese a los "grandes avances" logrados, aún "queda mucho por hacer" en el proceso de reconstrucción del país tras el potente terremoto de 2010 que dejó unos 300.000 muertos.
"Hasta ahora hemos hecho grandes avances (pero) queda mucho por hacer", dijo el mandatario en su cuenta de Twitter, donde destacó las acciones acometidas por su administración en sectores como la salud, la educación o la infraestructura.
Martelly, un ex cantante del ritmo local "compa", destacó también la elección en su gobierno del presidente de la Corte de Casación, puesto que estaba sin cubrir desde hace más de siete años, así como a los cinco jueces de ese tribunal.
En el plano educativo, subrayó, que en estos dos años han sido reclutados y entrenados 4.853 profesores, se ha subvencionado tres millones de libros de texto y se ha distribuido 50.000 sillas escolares.
Asimismo, apuntó, que 11.882 mujeres embarazadas y 32.627 niños menores de cinco años han sido beneficiados por el programa de protección social "Mamita querida" puesto en marcha por el gobierno el año pasado para ayudar a las madres que viven en extrema pobreza.
El gobernante, quien hoy tiene previsto dirigir un discurso a la nación por el segundo año de su gestión, también apuntó que se han abierto ocho nuevos centros de maternidad y se han "fortalecido" los recursos médicos humanos.
Aunque Martelly ha logrado mantener una cierta estabilidad en la empobrecida nación durante estos 24 meses de gestión, algunos sectores califican de "muy negativo" su gobierno.
Entre ellos figura el coordinador nacional de la plataforma INITE, el diputado Levaillant Louis Jeune, quien señaló hoy a la prensa que los programas sociales puestos en marcha por Martelly y su primer ministro, Laurent Lamothe, son instrumentos utilizados por ambos para dilapidar los fondos públicos del país, el más pobre de América.