Se trata de indígenas que fueron asesinados entre 1984 y 1990 por no unirse al grupo terrorista o por estar enfermos.
Una fosa con los restos de unas 800 personas fue encontrada en la provincia de Satipo (Junín), en Perú, gracias a gestiones de la Fiscalía. Se trata de víctimas de las matanzas perpetradas por el grupo de ultraizquierda Sendero Luminoso entre 1984 y 1990 y corresponden a restos de indígenas, en su mayoría machiguengas y asháninkas. La búsqueda comenzó hace algunos días tras recibirse información de parte de ciudadanos.
La fosa, conocida como Saigón, es “la fosa común más grande hallada en el país. No fue mencionada por la Comisión de la Verdad y Reconciliación”, dijo Carlos Angulo Mera, miembro de la Presidencia del Consejo de Ministro y de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos del Congreso, y se halla en una zanja natural donde eran arrojados los cuerpos de quienes no seguían las órdenes de los terroristas o estaban enfermos y eran ejecutados por esa razón.
El funcionario dijo también que se han iniciado labores para resarcir a los deudos de quienes murieron a manos de los subversivos. Además, están a la espera de que el Ministerio Público dé la orden de exhumar los restos, aunque todavía se desconoce la fecha exacta en que el lugar será abierto en presencia de los forenses del Ministerio Público. Se estima que 40 comunidades indígenas desaparecieron como consecuencia del conflicto armado entre Sendero Luminoso y Lima.
Poder actual muy debilitado. El regidor de Pangoa, Luis Pichuca, recordó al diario El Comercio que “pueblo enteros fueron arrasados por los terroristas. Por ejemplo, en Alto Tincabeni, de 300 personas, se salvó solamente una”. “Este es el inicio de la búsqueda de los desaparecidos ashánuincas, nunca antes se hizo este trabajo”, dijo el jefe del equipo forense, Iván Rivasplata. En reiteradas ocasiones, dirigentes de esa etnia han reclamado al gobierno que busque y exhume a sus compañeros.
Saigón, la zona donde se encuentra la fosa, es un lugar aislado ubicado a 12 horas a pie del último lugar donde hay una carretera. “En Saigón aún se ven trincheras en las cumbres y cultivos de plátanos y papaya que dejaron los terroristas después de deforestar 500 hectáreas de bosques”, dijo un poblador citado por El Comercio. En esa zona todavía opera una columna de los remanentes de Sendero Luminoso al mando de Víctor Quispe Palomino, alias “José”.
Si bien ese grupo mantiene un poder de fuego relativamente importante, dista de ser la amenaza que fue hace unas décadas. Además los rebeldes que quedan rompieron con la ideología original del fundador, Abimael Guzmán. Otra columna más pequeña que opera en la selva es fiel a las ideas, pero su capacidad de ataque está muy debilitada. Sendero Luminoso, cuyas acciones dirigidas en su mayor parte contra campesinos pobres fueron repudiadas por la comunidad internacional, causó de forma directa más de 40.000 muertes entre 1980 y 2000, según la Comisión de la Verdad.