"Uno quisiera que la gente fuera eterna, que no muriera, pero tenemos que ajustarnos a la voluntad de Dios, como ustedes saben la cosa no es sencilla, la vida tiene su principio y fin, es una realidad y hay que aceptarlo", dijo la hermana del Nobel de Literatura de 1982.
Bogotá. Aída García Márquez, una de las hermanas del Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez, manifestó este martes que está preparada para aceptar la voluntad de Dios, al referirse a la salud del escritor de 87 años que, según sus familiares en México, es estable pero "frágil".
"Uno quisiera que la gente fuera eterna, que no muriera, pero tenemos que ajustarnos a la voluntad de Dios, como ustedes saben la cosa no es sencilla, la vida tiene su principio y fin, es una realidad y hay que aceptarlo", dijo la hermana del Nobel de Literatura de 1982 a Caracol Radio desde la ciudad de Barranquilla, donde reside.
La hermana de Gabo, como se conoce afectuosamente al escritor, dijo que aunque guarda en su corazón la esperanza de que se recupere, también está preparada para lo que Dios disponga, y que está de acuerdo con la solicitud de su esposa e hijos que pidieron ayer "que se respete su intimidad".
Aída García Márquez, de profesión maestra, y quien hace un año publicó el libro "Gabito, el niño que soñó a Macondo", recordó que desde la presentación de su obra no habla con su hermano.
Asimismo, destacó la importancia de que el autor de "Cien años de soledad" esté siendo atendido en su casa y no en una clínica.
"Supongo que él se siente mejor en su casa (en México), donde es atendido por la familia y los médicos", dijo.
Por su parte, Ligia, otra de las hermanas del Nobel, manifestó hoy que aunque no se comunican seguido con el escritor, se enteran de su estado de salud por Jaime, otro de sus hermanos, residente en Cartagena.
"Nosotros estamos orando fuertemente y sentimos mucha satisfacción de que todo el mundo quiera a mi hermano y lo reconozcan como un hombre bueno, humilde y amoroso con todo el mundo", afirmó a la emisora La F.m.