En las elecciones, en las que se votó la renovación de la Cámara de Representantes al completo y un tercio del Senado, los demócratas se hicieron con el 62% del voto hispano frente al 36% para los republicanos, indica un análisis de estudios Pew Research Center.
Washington. Los demócratas mantuvieron una holgada ventaja en el voto hispano durante las elecciones legislativas del pasado martes, pero los republicanos mejoraron sus resultados en algunos estados donde varios candidatos consiguieron más del 40% del apoyo de esa comunidad, según un análisis de publicado hoy.
En las elecciones, en las que se votó la renovación de la Cámara de Representantes al completo y un tercio del Senado, los demócratas se hicieron con el 62% del voto hispano frente al 36% para los republicanos, indica el análisis, elaborado por el centro de estudios Pew Research Center, con sede en Washington.
Estos datos reflejan un aumento de dos puntos porcentuales respecto a las legislativas de 2012, pero un descenso comparado con las de 2012, en las que el 68% de los hispanos votó por algún candidato demócrata.
Los republicanos lograron hacerse, sin embargo, con la mayoría del voto entre los blancos con un margen de 60%, frente al 38% de los demócratas, que se mantiene invariable respecto a los comicios legislativos de 2012 y de 2010.
En cuanto a los afroamericanos, el 89% votó por un candidato demócrata, mientras un 10% apoyó al Partido Republicano, en los mismos niveles que en 2010 y algo inferior que en 2012, cuando el 91% votó demócrata y un 8% republicano.
Según datos de las encuestas, hechas a pie de urna, los latinos supusieron el 8% del total de votantes que acudió a las urnas, una cifra que se mantiene invariable, pese al crecimiento de posibles votantes (ciudadanos estadounidenses de 18 años o más) en este grupo demográfico.
Los latinos representan actualmente el 11% por ciento del total electorado, una cifra récord de 25,2 millones.
En algunos estados decisivos en la contienda por el Senado, que ganaron los republicanos, como Georgia, la candidata demócrata Michelle Nunn obtuvo el 57% del voto hispano, pero el republicano David Perdue se hizo con el 42%.
Mientras que en Texas, un estado tradicionalmente republicano, el voto estuvo totalmente dividido, y el republicano John Cornyn superó con el 48% del voto hispano al demócrata David Alameel, que logró el 47%.
Tres de los estados con mayor cantidad de votantes hispanos, California, Texas y Florida, votaban a sus gobernadores y en los tres casos los hispanos se decantaron por los demócratas, aunque solo en el primero ganó el candidato de esa fuerza política.
En Florida, el republicano Rick Scott ganó la reelección a pesar de perder el voto hispano con un margen de 38-58%, un descenso desde 2010, cuando el 50% de los hispanos votó por Scott, mientras en 2006 el voto latino estuvo totalmente dividido 49-49%.
El centro de análisis político señaló además que las mujeres hispanas son más favorables a votar por los demócratas (66% frente al 32%) que los hombres hispanos (57% frente al 41%).
Por edades, el 68 % de los latinos entre 18 y 29 años votó por los demócratas, que consiguieron el 56% de apoyos entre los hispanos de entre 30 y 44 años; y el 62% de aquellos con edades comprendidas entre los 45 y los 64 años.
El Pew, que ha basado su análisis en las encuestas a pie de urna difundidas por las cadenas NBC y CNN, señaló que la economía surgió como la prioridad nacional de los hispanos para el 49 %, seguida por la salud (24%) y la inmigración ilegal (16%).
Unas cifras similares a las preocupaciones expresadas por el conjunto de los votantes, para el 45% la principal preocupación es la economía, le sigue la salud (25%) y la inmigración ilegal (14%).
A la pregunta sobre si se debe ofrecer un estatus legal a los inmigrantes indocumentados ilegales que están trabajando en EE.UU. o tendrían que ser deportados, tres de cada cuatro ofreció su apoyo a un estatus legal (74%), mientras el 21% consideró que tendrían que ser expulsados del país.
En el ámbito nacional, el 57% de los votantes se mostró a favor de ofrecer un estatus legal a los inmigrantes indocumentados, y el 38% se mostró a favor de la deportación.