"Las políticas de seguridad pública han fracasado en Honduras, no se ha hecho lo suficiente para reducir la violencia criminal" que desangra al país con un promedio de 20 muertes diarias, sostuvo un activista.
Tegucigalpa, EFE. El gobierno de Honduras ha fracasado en garantizar la seguridad ciudadana y ha sido ineficaz en su estrategia para reducir la violencia criminal, advirtió este martes una alianza local de organizaciones defensoras de los derechos humanos.
"Las políticas de seguridad pública han fracasado en Honduras, no se ha hecho lo suficiente para reducir la violencia criminal" que desangra al país con un promedio de 20 muertes diarias, declaró en rueda de prensa Wilfredo Méndez, representante de la Alianza por los Derechos Humanos.
La alianza está integrada por las organizaciones hondureñas Comité para los Derechos Humanos, el Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos y el Centro de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de Víctimas de la Tortura y sus Familiares.
A juicio de Méndez, la Administración del presidente de Honduras, Porfirio Lobo, "no ha hecho nada en materia de seguridad y a pocos meses de que finalice su mandato ya agotó todo lo que podía hacer".
Lobo asumió el poder el 27 de enero de 2010 para un período de cuatro años, que finalizará en enero del próximo año.
Honduras, que en 2012 registró 10.441 muertos, es considerado uno de los países más violentos del mundo pese a que no se encuentra en sumido en una guerra convencional.
Buena parte de la criminalidad es vinculada por las autoridades a las redes internacionales del narcotráfico, que utilizan Honduras como puente para enviar cocaína a Estados Unidos, el mayor mercado de consumo del mundo.
Para el representante del Comité de los Derechos Humanos en Honduras, Andrés Pavón, la política de seguridad ha fracasado debido a la complicidad que supuestamente existe entre las instituciones que deben velar por la seguridad y los criminales y ello se evidenciaría en el alto grado de impunidad que hay en el país.
"Honduras tiene problemas muy serios como la alta criminalidad y la alta impunidad, así como las violaciones de los derechos humanos", subrayó.
Las autoridades hondureñas han reconocido que el país no tiene las estructuras necesarias para combatir la violencia así como su poca capacidad para investigar los homicidios, que en un 80% quedan impunes.
Lobo ha tratado de frenar la violencia en Honduras a través de diferentes operaciones del Ejército y la Policía e incluso impulsa una depuración de esta última.
El gobernante incluso ha asegurado que en los últimos meses la criminalidad se ha reducido hasta en un 75 % en algunas zonas del país.
Pero para el activista Pavón las políticas gubernamentales contra la violencia "han sido falsas y cosméticas", porque esta no ha bajado.
La Alianza para los Derechos Humanos indicó en un comunicado que la política de seguridad ha fracasado porque "ha sido influida por el norte (Estados Unidos), basada en una guerra contra el crimen organizado, ya que la ubicación geográfica del país es relevante para los intereses geopolíticos y militares internacionales".
El organismo pidió a las autoridades hondureñas diseñar una estrategia de seguridad y acelerar la depuración de la Policía, que inició en noviembre de 2011, pero sin muchos resultados visibles hasta ahora.
Las organizaciones humanitarias también solicitaron al Ejecutivo "no proteger a los violadores de Derechos Humanos" y tomar el control del territorio en poder de las pandillas y narcotraficantes.
Miles de hondureños marcharon el pasado domingo en Tegucigalpa para promover una cultura de paz, exigir un alto a la violencia y contra el hostigamiento escolar.