Los exámenes forenses hechos en Honduras a los cuerpos repatriados, determinaron que cuatro no coinciden con las identidades que originalmente determinaron en México.
Tegucigalpa. Sus almas estaban dolidas. Por sus mejillas rodaban lágrimas de desconsuelo, desesperanza, tristeza y desesperación. Como si el dolor no fuera suficiente, a su pesar debían sumarse dos sentimiento más: la angustia y la incertidumbre.
La espera de recibir los cuerpos de sus familiares repatriados este miércoles desde México deberá prolongarse para cuatro familias, que vivieron una inusual y dolorosa experiencia.
En horas de la mañana de este jueves, decenas de familiares se abocaron a las instalaciones de la Fuerza Aérea Hondureña para recibir los cadáveres de 16 hondureños que, supuestamente, habían sido "plenamente identificados" luego de que días antes fueran acribillados en la localidad de San Fernando, Tamaulipas, México, por la agrupación criminal conocida como Los Zetas.
Las víctimas del lamentable incidente fueron en total 72 latinoamericanos.
Incompatibilidad. Luego de que los cuerpos fueran recibidos con honores en las instalaciones de la FAH, el personal de Medicina Forense hizo sus respectivos análisis y encontró incompatibilidades en las pruebas científicas practicadas a cuatro de los 16 cadáveres.
En la base aérea cada uno de los cuerpos, que arribaron en féretros sellados, fue analizado por el personal de Medicina Forense, quien practicó pruebas científicas como toma de muestras de sangre, dactilares y las de tipo dental, las que no coinciden con las identidades de las personas que originalmente se pensaba.
Esta situación obligó a las autoridades forenses a abstenerse de entregar los cuatro cuerpos a sus supuestos dolientes. Se conoció que para constatar sus identidades se les practicarán pruebas de ADN, que serán cotejadas con las de sus familiares. Los cuerpos que no fueron entregados por Medicina Forense, supuestamente pertenecen a Jorge Alberto Osorto Sevilla, William Geovany Ortez Benítez, Eredys Ayala y Carlos Alejandro Espinoza.
"De la información que traemos y la verificación que hemos hecho no están coincidiendo, estamos haciendo un segundo examen", manifestó el fiscal general, Luis Rubí.
Por ello, debido al impasse, se requerirá profundizar en los estudios forenses, entre ellas cruzar información de huellas, para confirmar las identidades, habrá que esperar, añadió el fiscal. Aún no se ha podido confirmar la identidad de los cuatro cuerpos, por lo que no fueron entregados a los familiares, a quienes Rubí pidió comprensión, pues esperaban angustiados, llenos de dudas y hasta con un grado de esperanza de que sus parientes estén vivos.
Es preferible esperar para confirmar, ya que sería mayor la pena y el dolor de entregar un cuerpo que no corresponde, indicó. Consideró que en México no existió seriedad en la investigación requerida en lo que se refiere a la revelación de nombres.
Los cuatro cuerpos fueron trasladados a la Morgue del Ministerio Público, para su conservación en cuartos refrigerados y continuar con las investigaciones de tipo científico. Se podría demorar un máximo de 20 días confirmar pruebas de ADN.
Los 12 cuerpos restantes sí fueron plenamente confirmadas sus identidades y entregados a sus familiares.
Esta situación genera malestar. El canciller de la República, Mario Canahuati reaccionó molesto ante el impasse en el reconocimiento de los cuerpos de cuatro de los 16 hondureños que retornaron de México.
"La Dirección de Medicina Forense le está dando seguimiento a esta situación. Hemos tenido problemas con algunos cadáveres porque los cuerpos no concuerdan con los datos que tenemos", indicó Canahuati.
Consultado sobre si existía algún malestar con las autoridades mexicanas al haber estas fallas en el proceso de identificación, contestó que "hay malestar porque esperábamos que todo esto estuviese resuelto. Sin duda alguna que esta es una situación sumamente difícil porque tenemos familiares que lo único que están esperando es recibir los cuerpos de sus parientes para enterrarlos dignamente".
Canahuati lamentó que este tipo de situaciones se hayan presentado, sobre todo porque se suponía que los cuerpos habían sido analizados e identificados plenamente por las autoridades del Ministerio Público y de Medicina Forense de México.