Maestros y padres de familias "zelayistas" han acordado no dejar entrar a los centros educativos a los 305 profesores sustitutos que reemplazarán a los educadores suspendidos por ausentarse de clases, tras la protesta sectorial registrada en marzo de este año.
Maestros y padres de familias "zelayistas" han acordado no dejar entrar a los centros educativos a los 305 profesores sustitutos que reemplazarán a los educadores suspendidos por ausentarse de clases.
En algunos centros donde laboran los profesores castigados se observaron familiares de los estudiantes apostados en las entradas para evitar que los interinos cumplieran su función.
"No vamos a dejar que vengan otros a dar clases porque no se le puede negar el derecho al maestro de dar su clase", dijo en tono retador un señor que montaba guardia en el portón principal del instituto Central Vicente Cáceres.
En esta institución hay 9 profesores suspendidos, incluyendo a su director Roberto Ordónez.
Algunos directores de las instituciones educativas donde laboran los sancionados permitieron que estos impartieran sus clases de forma normal, con lo que incurren en desobediencia por desacatar una norma.
"Convenio". El director del instituto Luis Bográn, Ángel Arteaga, dijo que los profesores y padres han hecho un "convenio" para que los maestros suspendidos puedan cumplir con la impartición de clases.
"Continuamos normalmente con nuestras clases, no porque alguien nos esté ordenando sino porque estamos considerando que los estudiantes no pueden sacrificarse por este gobierno, con la salvedad de que no vamos a dar espacio de entrada a alguien que sustituya a los compañeros", expresó.
Criticó que la Secretaría de Educación abusó de poder al emitir un acuerdo sancionatorio sin hacer audiencias de descargo a los profesores, además de que el trámite administrativo lo debieron realizar la direcciones departamentales.
Castigo. El gobierno publicó la semana pasada el acuerdo 40867-SE-2011, mediante el cual oficializó la suspensión por dos y seis meses de 305 maestros de educación primaria y secundaria que no impartieron clases por participar en las protestas de los colegios magisteriales por la crisis del Inprema. La pena se aplicó porque se rehusaron a ir a clases el 28 y 30 de marzo.
Pero la llegada de los auxiliares prevista desde ayer no se realizó porque sus acuerdos de cancelación no se han enviado a la subgerencia de Recursos Humanos de la Secretaría de Educación, según explicó esta dependencia.
No obstante, el secretario general de Educación, Aníbal Delgado, aseveró que la suspensión de los maestros sí era efectiva desde ayer y, por tanto, desde ayer su salario ha sido suspendido.
Eso significa que, aunque los maestros suspendidos se presenten a sus labores, no recibirán salario porque el mismo ha sido suspendido. Si el gobierno hace los pagos puede ser objeto de reparo por el Tribunal Superior de Cuentas (TSC).
Por su lado, el ministro de Educación, Alejandro Ventura, indicó que otros padres de familia evitaron que "malos hondureños" impidieran que educadores impartieran sus clases, aunque no especificó en cuáles instituto sucedió.