Los comicios del domingo no han arrojado un claro ganador y tanto el actual mandatario de centroderecha, Juan Orlando Hernández, como su rival Salvador Nasralla, se han proclamado ganadores.
Tegucigalpa .El gobierno de Honduras suspendió este viernes garantías constitucionales, que incluyen la libre circulación, y decretó un toque de queda, en un intento por frenar las protestas que han seguido a la elección presidencial del domingo y que han dejado al menos un muerto y una veintena de heridos.
Las fuerzas armadas y la policía apoyarán "cuando la situación así lo requiera" la mantención del orden, dijo el coordinador del gabinete de gobierno de Honduras, Jorge Ramón Hernández, al leer el decreto en cadena nacional.
El toque de queda se aplicará por 10 días de las 18.00 horas a las 6.00 horas, dijo Hernández. Este viernes comenzará desde las 23.00 horas.
Los comicios del domingo no han arrojado un claro ganador y tanto el actual mandatario de centroderecha y aliado de Estados Unidos, Juan Orlando Hernández, como su rival Salvador Nasralla, una estrella de TV de 64 años, se han proclamado ganadores de la votación del domingo.
Nasralla dijo que la suspensión de las garantías era un intento del gobierno de Hernández por seguir manipulando el proceso electoral para poder declararse ganador.
"Esto es una injusticia al pueblo que está reclamando en las calles", dijo Nasralla en su cuenta de Facebook.
"La gente que está haciendo los actos vandálicos no es de la Alianza de Oposición (...) son los del gobierno los que están haciendo estas intervenciones, son operaciones del gobierno para sembrar el pánico", añadió.
El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), David Matamoros, dijo este viernes que esperaba anunciar el resultado final de la contienda por la noche, pero el escrutinio especial de actas con inconsistencias no se ha iniciado aún.
La coalición amplia de corrientes conservadoras y de izquierda que abandera Nasralla pide el recuento de más de 5.000 actas además del recuento de votos en tres departamentos en los que alegan hubo una votación inexplicablemente alta. El tribunal electoral habla de sólo 1.031 actas con inconsistencias.
Nasralla acusa que el TSE ha cometido varios delitos electorales y que el tribunal funciona bajo las órdenes de Hernández.
Los rivales competían cabeza a cabeza. Hernández, que busca la reelección con su Partido Nacional, obtenía el viernes el 42.92% de los votos frente al 41.42 de Nasralla, con el 94.31% de las mesas escrutadas.
En el primer informe difundido por el TSE el lunes por la madrugada, el candidato opositor ganaba por cinco puntos porcentuales con el 57% de las mesas computadas, pero luego de una pausa de un día y medio, de forma repentina y sostenida la balanza se inclinó hacia el presidente.
De acuerdo con la autoridad electoral, el cómputo fue afectado primero por una falla de sistemas, y luego por las protestas callejeras.
"Hicimos un compromiso que esto debería llevarse en paz, con la seguridad de todos y con los mecanismos que la ley hondureña establece para el escrutinio de las actas", dijo Hernández a la televisión local por la noche.
"Mi llamado es a que cumplamos lo que nos hemos comprometido", añadió.
Ánimos al rojo vivo. Los ánimos se calentaron en la nación centroamericana, azotada por la pobreza y la violencia, cuando la brecha entre Nasralla y Hernández se fue reduciendo.
En las principales ciudades del país fue reforzada la presencia militar y policial. Algunas carreteras fueron cerradas por los manifestantes con barricadas hechas con palos, sillas, mesas y neumáticos en llamas.
En algunos puntos, la policía dispersó las protestas con gases lacrimógenos mientras los manifestantes respondían con piedras. Algunos comercios en Tegucigalpa y San Pedro Sula fueron saqueados la noche del jueves.
Muchas instituciones públicas dieron la tarde del viernes libre y decenas de negocios privados, tiendas y restaurantes cerraron sus puertas. Pero fuera de las zonas de protestas la gente parecía hacer su vida normal.
Fuentes policiales dijeron que al menos un hombre había sido asesinado a tiros en una protesta opositora en La Ceiba, una ciudad costera en la costa norte de Honduras, mientras que unos 12 militares y policías habían resultado heridos en las manifestaciones en varias zonas del país.
En la capital Tegucigalpa, al menos 10 manifestantes sufrieron heridas, según la policía. Imágenes de televisión mostraban algunas vías del país bloqueadas con barricadas y neumáticos en llamas.