Los enfrentamientos con la oposición y la pérdida de la mayoría oficialista en el Congreso que se ha producido este año auguran dificultades para el gobierno de Humala en el último año y medio de mandato.
Lima. El presidente de Perú, Ollanta Humala, ha afrontado este año un complejo escenario político que le ha llevado a remodelar varias veces su gabinete de ministros, al tiempo que los escándalos de corrupción fueron la tónica general mientras que la economía siguió perdiendo impulso.
Los enfrentamientos con la oposición y la pérdida de la mayoría oficialista en el Congreso que se ha producido este año auguran dificultades para el gobierno de Humala en el último año y medio de mandato.
En la recta final del año, los numerosos escándalos de corrupción que afectan a antiguos colaboradores de Humala han afectado su popularidad en las encuestas y han monopolizado las críticas de la oposición que ha hecho oír su voz con fuerza.
Pero de las denuncias de presunta corrupción tampoco se han salvado los expresidentes Alan García y Alejandro Toledo, ni Alberto Fujimori (1990-2000), condenado a 25 años de cárcel por violación de los derechos humanos y actualmente enjuiciado por un cargo de peculado (mal uso de fondos públicos).
El trasfondo del frecuente enfrentamiento entre gobierno y oposición es también el ambiente casi preelectoral que vive el país aunque falta casi año y medio para las elecciones, y los diferentes intereses partidarios que tiene la oposición.
La polémica por el protagonismo de la primera dama peruana, Nadine Heredia, en el Ejecutivo y su eventual candidatura electoral para el 2016 también ha estado en el origen de varias de las crisis políticas.
Este año, la oposición peruana puso en dos ocasiones al gobierno contra las cuerdas al resistirse a dar su apoyo en el Congreso tanto a Ana Jara como a su antecesor en la presidencia del Consejo de Ministros René Cornejo, quien renunció tras un escándalo desatado por la denuncia periodística de una supuesta campaña de desprestigio contra un legislador opositor.
La abogada Jara, sexta titular del gabinete en lo que va de mandato de Humala, sólo logró en agosto pasado el voto de confianza del Congreso, necesario para mantenerse en el cargo, gracias al voto de la presidenta del Parlamento, Ana María Solórzano, después de que en la tercera votación se registrará un empate.
Y es que el oficialismo tras la renuncia de seis miembros de la bancada Nacionalista ya no logra la mayoría ni siquiera con el apoyo de toda la bancada de Perú Posible, el partido que lidera el expresidente Alejandro Toledo.
El desfile de ministros ha sido una constante en el Gobierno de Humala, desde que inició su gestión en julio de 2011.
Para afrontar la inseguridad ciudadana, una de las principales preocupaciones de los peruanos, Humala nombró en junio pasado a su sexto ministro del Interior, Daniel Urresti, quien fue recibido con críticas por la oposición por su perfil militar y por las denuncias de su vinculación con el asesinato de un periodista en 1988, cuando el hoy ministro era jefe de una base militar en la región Ayacucho.
Pese a estas denuncias, Urresti se ha convertido en una de las figuras con mayor popularidad del Gobierno de Humala gracias a su perfil mediático y a su política de mano dura.
El rumbo económico del gobierno también ha sido cuestionado por la oposición.
Para reactivar la economía peruana, que se ha visto afectada por la caída de los precios de los minerales y por una ralentización de las inversiones, el gobierno ha aprobado una serie de paquetes económicos que contienen medidas tributarias y de gasto publico para fortalecer el consumo y la inversión.
Y es que la economía peruana atraviesa una marcada desaceleración ya que de haber tenido un crecimiento de 5,8% en 2013, se estima que concluirá este año con un poco menos de la mitad, un 2,7%.
El 2014 también fue un año electoral en Perú con unos comicios municipales y regionales en el que los partidos nacionales salieron derrotados y fueron los movimientos regionales los que arrasaron en la mayoría de las regiones.
La campaña electoral en Perú estuvo plagada de denuncias de candidaturas vinculadas a diversos delitos de corrupción e incluso al narcotráfico, lo que llevó al Ejecutivo a publicar listas de quienes tienen condenas vigentes o procesos judiciales.
Uno de los más importantes y más recientes casos de corrupción ha sido el del expresidente de la región Áncash, César Álvarez, quien fue encarcelado bajo la acusación de que armó una red de corrupción que incluyó la contratación de sicarios contra sus opositores.
Otro de los casos es el del empresario Rodolfo Orellana, detenido en Colombia y acusado de dirigir un entramado de lavado de activos.
En política exterior, Humala inició el año con la celebración del fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) con el que además de cerrar sus fronteras con una ganancia de 50.000 kilómetros cuadrados de mar, le permitió abrir una nueva etapa en sus relaciones con Chile.