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Hungría: ¿giro a la ultraderecha?
Miércoles, Mayo 13, 2015 - 13:59

Los húngaros comparten cada vez mas las posturas de la extrema derecha. Las últimas encuestas sitúan al Jabbik a sólo tres puntos porcentuales del actual partido en el gobierno. Además, crece el odio hacia los gitanos.

Incluso algunos medios tradicionalmente de derechas se asombran con lo que está ocurriendo. “Nunca antes hubo tanto racismo”, titulaba el mandiner.hu, uno de los principales portales conservadores de noticias. La razón: hace una semana se publicaron los resultados de la última encuesta de Tarki, una consultora con sede en Budapest. Atendiendo a los datos, se extrae que nunca antes la xenofobia y el racismo habían sido tan comunes en la historia postcomunista húngara como en la actualidad. Además de los árabes, en el punto de mira están los gitanos: más del 80 por ciento de los encuestados mostró rechazo hacia ellos.

Coincidiendo con la presentación de los resultados de la encuesta, pocos días después se anunció el final del proceso de los llamados asesinatos en serie de gitanos. El 8 de mayo, el Tribunal de Apelación de Budapest confirmó las duras sentencias contra uno de los asesinos, a pesar del escaso interés mostrado por los medios y la opinión pública.

Como ya ocurrió con los asesinatos cometidos por la NSU (neonazis) en Alemania, el caso húngaro no tenía precedentes históricos desde el fin de la guerra.

En 2008 y 2009, un grupo de terroristas de extrema derecha mató a seis gitanos al azar e hirió a otras 55 personas, la mayoría también de etnia gitana. En 2013, un tribunal húngaro condenó a tres de ellos a cadena perpetua sin posibilidad de revisar su condena, y a un cómplice a trece años de prisión.

Ahora, el Tribunal de Apelación ha confirmado las condenas. Firme, sin embargo, es solo la condena del cómplice István Csontos, conductor en los dos asesinatos cometidos por el grupo en abril y agosto de 2009. Los otros tres acusados, Zsolt Petö y los hermanos Arpad e Istvan Kiss, presentaron recurso de apelación ante el Tribunal Supremo. Pero el tribunal no cambiará el veredicto. Solo revisará si hubo errores de forma.

En el momento de leer las sentencias, “el interés era prudente y limitado”, explica el político liberal József Gulyás, quien en 2009/2010 fue miembro de una comisión parlamentaria encargada de investigar los asesinatos de los gitanos y que desde entonces se preocupa, junto a un grupo de activistas por los derechos civiles, de los supervivientes de aquellos ataques contra miembros de la minoría étnica en el país. Con motivo del fin del proceso, el activista por los derechos civiles de los gitanos Jenö Hoja explicó a RTL Klub que “los asesinatos no han causado ninguna empatía. Para la sociedad, es como si no hubiese pasado nada”.

Nuevo giro a la derecha. Este testimonio se ajusta a lo acontecido en el panorama político húngaro en los últimos meses. El partido de extrema derecha Jobbik se sitúa en las encuestas como la segunda fuerza política del país con un apoyo del 28% de la población, a sólo unos pocos puntos porcentuales del partido en el gobierno, el Fidesz, del primer ministro Viktor Orbán.

A pesar de sus intentos por frenar el ascenso de sus rivales políticos y reforzar la imagen de su partido, haciendo guiños a ciertas políticas de extrema derecha, la mayoría de los politólogos húngaros coinciden en que Orbán ha conseguido el efecto contrario. Mientras tanto, su gobierno sigue dando la espalda a las víctimas.

Autores

Deutsche Welle