Según fuentes judiciales, los exámenes genéticos realizados por el Servicio Médico Legal (SML) permitieron identificar a Carlos Alfredo Escobedo, Hernán Moreno, Carlos Berger, Mario Argüelles y Luis Moreno.
Santiago de Chile. La Justicia chilena dio a conocer este viernes la identidad de cinco víctimas del llamado caso "Caravana de la Muerte", uno de los episodios de violaciones de los derechos humanos más emblemáticos de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Según fuentes judiciales, los exámenes genéticos realizados por el Servicio Médico Legal (SML) permitieron identificar a Carlos Alfredo Escobedo, Hernán Moreno, Carlos Berger, Mario Argüelles y Luis Moreno.
Los nombres corresponden a cinco de un total de 26 presos políticos asesinados en octubre de 1973 en la norteña ciudad de Calama por los integrantes de la "Caravana de la Muerte" y con sus casos la cantidad de identificados ha llegado a dieciocho.
Los opositores a la dictadura dieron ese nombre a una comitiva militar que, comandada por el general Sergio Arellano Stark, recorrió en helicóptero diversas ciudades de Chile, en las que sus integrantes asesinaron a cerca de un centenar de presos políticos a los que sacaron previamente de las cárceles.
Arellano, que actuaba como "delegado del comandante en jefe", lo que significaba que debía ser obedecido como si fuera el propio Pinochet, involucró también en los crímenes a militares de las guarniciones locales, para asegurar su lealtad a la dictadura, según han podido desvelar posteriormente historiadores y periodistas investigadores.
En el caso de Calama, había víctimas sentenciadas a leves penas de prisión, como el periodista Carlos Berger, condenado por un Consejo de Guerra a cien días de cárcel por haber desobedecido el día del golpe militar la orden de acallar las transmisiones de la radio que dirigía.
El juez especial Leopoldo Llanos, se reunió este jueves y viernes en la ciudad de Calama, a 1.564 kilómetros al norte de Santiago, con los familiares de las cinco víctimas identificadas para notificar los resultados de los informes genéticos.
Según la investigación judicial, los presos fueron sacados de la cárcel de Calama y llevados a un lugar en el desierto, donde los militares los acribillaron, destrozaron los cadáveres con cortes de corvo (cuchillo de combate del Ejército) y los lanzaron a una fosa en la que, antes de cubrir con arena y tierra, hicieron explotar granadas.
A comienzos de 1978, por orden de Augusto Pinochet los restos fueron exhumados, cargados en sacos atados a rieles y lanzados al mar desde un avión de la Fuerza Aérea.
La identificación de estas víctimas finalmente se logró a partir de fragmentos óseos y objetos personales hallados en el terreno en el desierto donde estuvieron enterrados los restos antes de ser exhumados y lanzados al mar.
La abogada de derechos humanos y viuda de Carlos Berger, Carmen Hertz, declaró "al cabo de 40 años, después de esta masacre brutal de la que fueron víctimas innumerables personas (...) todavía no alcanzamos la justicia".
Hertz confirmó que el Servicio Médico Legal le entregará "los restos de los restos" e una urna de reducción.
"Nosotros haremos una ceremonia, probablemente en la tumba de la madre de Carlos y otra en el memorial que está en el cementerio general", agregó.
Este caso fue uno de los episodios de la llamada "Operación Retiro de Televisores", que consistió en la exhumación de todos los cadáveres de prisioneros asesinados y sepultados clandestinamente en diversos puntos de Chile.
El mayor número de esas exhumaciones se produjo tras el descubrimiento de una quincena de cadáveres en una fábrica de ladrillos abandonada en las afueras de Santiago.
En el episodio de Calama, de la Caravana de la Muerte, hay actualmente ocho antiguos integrantes de esa comitiva condenados a prisión como autores, cómplices o encubridores de los crímenes.