El intento fallido de aprobar una reforma migratoria integral en EE.UU., sumado al incremento de las deportaciones, ha generado un panorama de incertidumbre en la comunidad migrante que vive en aquel país.

Ciudad de Guatemala. Ben Monterroso, líder migrante del movimiento Mi Familia Vota y quien participó con el gobierno estadounidense en la promoción de la reforma migratoria, indicó que existe una fuerte oposición a que se apruebe una legislación que beneficie a la comunidad migrante.

“Los oponentes a la reforma migratoria no quieren realizar ningún tipo de avance hasta después de las elecciones para el Congreso del próximo noviembre”, indicó Monterroso, quien destacó que los republicanos entienden que el sistema migratorio actual es disfuncional.

Monterroso agregó que la organización que lidera, prepara una campaña mediante la cual informará a los votantes del costo que debería significar para los que se opusieron a la reforma migratoria el no haberla apoyado.

“Mi Familia Vota emitirá tarjetas de calificación informativas para los votantes para que sepan quien en el Congreso estuvo de nuestro lado y quien estuvo bloqueándonos, y esta información la tendrán disponible antes de que voten en noviembre”, indicó el activista.

Agregó: “El costo de la inacción es enorme. Las familias viven diariamente con el miedo de ser separados. Para estos momentos, millones de niños que cuentan con un estatus legal o son ciudadanos estadounidenses, han sido testigos de cómo un miembro de su familia es detenido y deportado de repente”.

No obstante, Monterroso consideró que aún es posible la aprobación de una reforma migratoria ya que si los republicanos continúan oponiéndose a la misma “cimentarán su reputación de anti-latinos y deberán de olvidarse de incursionar con los votantes latinos en las siguientes elecciones presidenciales del 2016”.

La reforma migratoria fue aprobada por el Senado estadunidense el 28 de junio del 2013 y aunque nació con muchas expectativas se estancó en la Cámara de Representantes que es dominada por mayoría republicana.

Sin embargo el año que se vislumbraba como una esperanza terminó siendo una pesadilla para 50 mil migrantes guatemaltecos que fueron deportados de aquel país, según cifras de la Dirección General de Migración, una considerable cantidad de ellos dejó familiares en EE. UU.