Campesinos e indígenas temen que dentro de la ley de recursos hídricos, remitida por el presidente Rafael Correa a la Asamblea, sean aprobados artículos que permitan una eventual privatización del agua.
Quito. La Asamblea Nacional de Ecuador concluyó este jueves el debate de una polémica ley de recursos hídricos, que regula el uso del agua, pero ofreció incluir demandas de indígenas y campesinos cuando la someta a votación, cediendo ante protestas de esos grupos en la sede legislativa.
La tensión reinante durante toda la jornada, en la que policías trataron de dispersar a los manifestantes con bombas lacrimógenas, renovó las disputas que desde febrero enfrentan al gobierno con grupos indígenas debido a la propuesta oficial para regular el uso del agua y abrir la actividad minera a gran escala, por considerarlas leyes que afectan a sus territorios.
Pese a que indígenas buscaban suspender la discusión para que la ley fuera cambiada de una vez atendiendo sus reclamos, la Asamblea puso fin al debate de la propuesta oficial, lo que puede ser visto como una estrategia para calmar los ánimos y hacer la votación definitiva dentro de varios días.
No obstante, los legisladores se comprometieron a recoger sugerencias de los grupos indígenas.
"La asamblea (...) sistematizará las observaciones y sugerencias de todos los sectores para aprobar la mejor ley posible", dijo el poder legislativo en un comunicado.
Campesinos e indígenas temen que dentro de la ley de recursos hídricos, remitida por el presidente Rafael Correa a la Asamblea, sean aprobados artículos que permitan una eventual privatización del agua y cuestionan su intención de concentrar el control del recurso en un funcionario gubernamental.
El propio Correa reaccionó airadamente a las manifestaciones y pidió a los indígenas no creer en los dirigentes.
"Compañeros indígenas no crean en esos mentirosos. Qué vayan a amenazar a su casa, a mi no me asustan en lo absoluto", dijo el presidente a periodistas durante un recorrido por las instalaciones de una cementera en la andina ciudad de Riobamba.
"El agua es de los indígenas, pero también de los mestizos, el agua es de todos", concluyó Correa al señalar que convocaría a una marcha en los próximos días para defender su propuesta.
Enfrentamientos, resistencias. Dirigentes de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) amenazaron con radicalizar las protestas hasta que sean modificados los artículos de la ley con los cuales no están de acuerdo.
"Convoco a las bases a sumarse a esta protesta. De aquí no nos vamos a ir sin una respuesta clara a nuestros pedidos", dijo el presidente de la Conaie, Marlon Santi, frente a los manifestantes.
Cientos de indígenas y campesinos se apostaron desde el martes en la sede de la Asamblea Nacional en Quito para presionar en contra de la ley. Esa noche invadieron las instalaciones pero fueron desalojados.
Desde tempranas horas del jueves intentaron cercar las instalaciones de la Asamblea, en medio de la represión de uniformados, quienes con gases lacrimógenos hicieron esfuerzos para dispersar a los manifestantes.
La Cruz Roja informó sobre un indígena herido con perdigones.
Otros grupos de indígenas, quienes bajaron de sus comunidades, buscaban desde la madrugada ingresar a Quito para sumarse a las manifestaciones, pero el gobierno ordenó impedir su ingreso.
Los indígenas entonces decidieron bloquear las principales vías de acceso con piedras y troncos.