Los presidentes Felipe Calderón y George W. Bush firmaron en diciembre de 2008 el acuerdo como un reconocimiento de que ambos países compartían la responsabilidad de combatir a los cárteles, que en sus disputas por controlar las rutas de trasiego hacia Estados Unidos causan en México una espiral de violencia que deja cientos de muertes.
México. La Iniciativa Mérida, el mayor instrumento de cooperación entre México y Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico, corre el riesgo de desaparecer o por lo menos de quedar empolvada con la llegada del republicano Donald Trump a la Casa Blanca, dijeron a Xinhua varios expertos.
El analista en temas de seguridad, Alejandro Hope, pronosticó que la presidencia de Trump será el fin del acuerdo bilateral que entró en vigor hace ocho años con los objetivos claros de contrarrestar a los cárteles de la droga que actúan a ambos lados de la frontera y fortalecer las instituciones de seguridad mexicanas.
"Se acabó la Iniciativa Mérida y creo que en la medida en que no haya nada que la sustituya, porque por ahora no hay ninguna propuesta, lo que va a suceder es una desinstitucionalización de la relación de seguridad", aseguró el experto.
Los presidentes Felipe Calderón y George W. Bush firmaron en diciembre de 2008 el acuerdo como un reconocimiento de que ambos países compartían la responsabilidad de combatir a los cárteles, que en sus disputas por controlar las rutas de trasiego hacia Estados Unidos causan en México una espiral de violencia que deja cientos de muertes.
En estos ocho años, Washington ha entregado US$1.500 millones al gobierno mexicano a través de la Iniciativa Mérida para equipar y entrenar a las fuerzas federales, así como mejorar el sistema de justicia que entró en vigor en todo el país en 2016, así como para fortalecer otros rubros.
Varios de los helicópteros y aviones que el Ejército, la Marina-Armada de México y la Policía Federal utilizan en operaciones contra el crimen organizado han sido contribuciones del pacto, el cual también ha aumentado la seguridad en la frontera para complicar el tráfico de drogas hacia el lado estadounidense y de armas de fuego hacia suelo mexicano.
"No veo absolutamente ninguna disposición de que eso se siga trabajando bajo el gobierno de Trump, aunque ciertamente no lo tiene muy presente ahora", sostuvo el profesor investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), David Crow.
El internacionalista consideró que el acuerdo continuará bajo una inercia meramente burocrática del lado estadounidense durante los primeros meses del mandato de Trump, quien asumirá la presidencia el próximo 20 de enero.
Es factible que Trump decida frenarlo más adelante, porque la iniciativa implica recursos designados por el Congreso, estimó Crow.
"La única esperanza es que quizá simplemente con todo el panorama amplísimo de relaciones e intereses que tiene Estados Unidos en distintas partes del mundo éste pase desapercibido un tiempo", manifestó el investigador.
La estrategia que Trump ha delineado desde su campaña en torno al tráfico de drogas hacia su país y de armas hacia México se reduce al muro que asegura que construirá a lo largo de la frontera de más de 3.200 kilómetros entre ambos países.
Hope expuso que precisamente el costo del muro podría ser un alegato esgrimido por Trump ante el Congreso para desviar los recursos de la Iniciativa Mérida hacia su construcción, que implicaría una inversión estimada en US$26.000 millones.
En caso que se ponga fin a la Iniciativa Mérida, la cooperación bilateral en seguridad podría regresar al nivel de relaciones entre agencias, que a veces dependen incluso de la amistad que sostengan los funcionarios, advirtió el experto.
El equipamiento e intercambio de información en el seno del pacto han permitido, según ambos gobiernos, la ubicación y captura o abatimiento de importantes capos de la droga mexicana durante estos años.
"No va a haber un marco institucional que gobierne esa relación. Sí se pueden dificultar algunas tareas conjuntas sobre todo si en la relación bilateral más amplia se acumulan las tensiones", enfatizó Hope.
Añadió que un endurecimiento de la seguridad en la frontera, según ha prometido Trump con su muro, podría traducirse en mayores disputas entre los grupos criminales para controlar las rutas de trasiego que se mantengan.
La integrante de la iniciativa ciudadana Desarma México, Paulina Arriaga, sostuvo que, ante el panorama, el gobierno mexicano tiene que emprender mayores acciones para frenar el tráfico de armas desde Estados Unidos, pues es el que alimenta el poder de fuego de los cárteles.
Recordó que por lo menos el 70% de armas de fuego aseguradas a los grupos criminales en México durante el último lustro llegaron desde el vecino país del norte, donde la regulación permite a los ciudadanos comprar incluso fusiles de asalto.
"No se compara el esfuerzo que hace Estados Unidos para que no pasen migrantes con el esfuerzo que hace para que no nos pasen las armas. Si el interés de ellos es que no pasen migrantes debería ser el interés de nosotros que no pasen las armas", aseguró Arriaga.