Insulza, que el viernes entregó en Bogotá y Panamá el informe sobre drogas encargado a la Organización de Estados Americanos (OEA) durante la Cumbre de las Américas de abril de 2012, se refirió este lunes a las reacciones que han provocado en el continente esos dos puntos del estudio.
Washington, EFE. El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, defendió este lunes la recomendación de eliminar las penas de cárcel a los adictos contenida en un informe del organismo y subrayó que el estudio no plantea la legalización de las drogas en general, aunque sí ve necesario debatir el caso de la marihuana.
Insulza, que el viernes entregó en Bogotá y Panamá el informe sobre drogas encargado a la Organización de Estados Americanos (OEA) durante la Cumbre de las Américas de abril de 2012, se refirió este lunes a las reacciones que han provocado en el continente esos dos puntos del estudio.
"Sobre la despenalización del consumo de las drogas, que ha provocado una cierta conmoción en los últimos días, quiero puntualizar lo siguiente: es claramente contradictorio decir que se quiere tratar al adicto a las drogas como un enfermo y, al mismo tiempo, penalizarlo por su consumo", dijo Insulza al presentar el informe ante el Consejo Permanente de la OEA.
"Ese es el punto que se ha planteado, y no otro. No se ha planteado ni despenalización de las drogas en general ni tampoco 'no tratamiento' a la consumición de las drogas en general", subrayó.
No obstante, reconoció que el estudio sí pide a los gobiernos del continente ser más flexibles a la hora de evaluar sus opciones, incluida la posibilidad de legalizar la marihuana.
"Una mayor flexibilidad, ciertamente, podría llevar a aceptar la posibilidad de transformaciones de las legislaciones nacionales o de impulsar cambios en la legislación internacional, enfocados sobre todo en la marihuana, donde ya existen iniciativas en marcha en algunos de nuestros países, en las áreas de la despenalización y la legalización", apuntó.
El informe de la OEA sostiene que es necesario "evaluar" los "signos" que existen en favor de la legalización de la marihuana, pero no ve ningún "apoyo significativo", en ningún país, para hacer lo mismo con las demás drogas ilegales.
En cuanto al problema de la adicción, el estudio concluye que "la despenalización del consumo de drogas debe ser considerada en la base de cualquier estrategia de salud pública".
La OEA propone avanzar hasta ese modelo mediante métodos transicionales, como los tribunales de drogas que ya existen en EE.UU., México y Chile, además de "la reducción sustantiva de penas y la rehabilitación".
Insulza subrayó este lunes que dejar atrás las penas de cárcel "no quiere decir que este enfermo no deba ser tratado para sacarlo de su adicción y que ello puede suponer, cuando el adicto puede atentar contra su vida o contra la seguridad de otros, una internación en un establecimiento de salud".
"Pero no estimamos que enviar a los adictos graves a cárceles sea un tratamiento adecuado y, más aún, pensamos que ello puede agravar su condición y hasta hacerla irrecuperable", alertó.
"Debemos poner en el centro el problema humano de las víctimas de la droga", insistió. "La adicción a las drogas no es, como se pensaba tradicionalmente, una 'mala decisión', voluntaria y por lo tanto modificable por otra decisión. El consumo adictivo de drogas es una enfermedad y debe ser tratado como tal".
El titular de la OEA confió en que el documento "no sea entendido como una conclusión, sino sólo como el inicio de un debate largamente esperado", que comenzará en la Asamblea General de la OEA el 4 de junio en Antigua (Guatemala).
"Creemos haber abierto una puerta para fortalecer nuestra acción hemisférica en un tema que afecta a nuestros pueblos, a todos por igual, y que requiere, por lo mismo, nuestro compromiso colectivo y solidario", subrayó Insulza.
El informe será también la base del debate de una reunión de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), un órgano de la OEA que celebra desde hoy y hasta el miércoles su 53 periodo de sesiones.