El procurador general interino de México despidió este viernes al fiscal federal para delitos electorales, lo que complica esfuerzos del presidente y su partido para sacudirse acusaciones de corrupción previo a la elección presidencial de julio.
Ciudad de México. De cara a unas elecciones del próximo año que se anticipan reñidas, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, enfrenta una decisión difícil sobre si continuar con la investigación de un caso de corrupción que involucra a un destacado aliado y la constructora brasileña Odebrecht.
El procurador general interino de México despidió este viernes al fiscal federal para delitos electorales, lo que complica esfuerzos del presidente y su partido para sacudirse acusaciones de corrupción previo a la elección presidencial de julio.
El despido del fiscal Santiago Nieto se produjo dos días después de que en una entrevista con un diario acusó a Emilio Lozoya, exjefe de la petrolera estatal Pemex y antiguo aliado del presidente, de escribirle para pedirle que lo declarara inocente de canalizar dinero de Odebrecht a campañas políticas.
En Brasil, Odebrecht admitió haber pagado sobornos en varios países de América Latina, incluido México.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI), de Peña Nieto, ha sido la fuerza dominante de la política mexicana durante la mayor parte del último siglo, pero durante mucho tiempo ha sido sinónimo de corrupción.
Lozoya plantea un desafío difícil, dada su proximidad con el presidente, en momentos en que el tema de la corrupción se ha convertido en un elemento central de las elecciones de 2018.
"Si lo hacen (investigan a Lozoya) profundamente, efectivamente parecería que sería el fin del partido en el poder. Si no lo hacen, van a seguir fomentando este enojo social, y esta presión de la sociedad civil", dijo Paulo Díez, un abogado anticorrupción.
Cuatro días después de asumir el puesto como fiscal general interino, Alberto Elías Beltrán alegó que Santiago Nieto rompió el código de conducta de la procuraduría para funcionarios públicos.
La oposición criticó el despido y cuestionó la imparcialidad del Gobierno de Peña Nieto.
Santiago Nieto dijo al diario Reforma que la carta de Lozoya era una apuesta para asegurar la "impunidad" y que el dinero de Odebrecht había entrado en campañas políticas. La oficina de Nieto confirmó a Reuters la existencia de la carta, así como la investigación al exdirector de Pemex.
Lozoya ha afirmado ser inocente de las acusaciones y que no canalizó efectivo a la campaña de Peña Nieto. El presidente también ha negado que sobornos de Odebrecht llegaran a las arcas de su partido.
El abogado de Lozoya, Javier Coello, rechazó que su cliente le hubiera escrito a Nieto pidiendo indulgencia.
Coello también compartió con Reuters una carta enviada a Santiago Nieto, en la que Lozoya solicitaba que se lo informara sobre cualquier investigación criminal sobre él, y que lo llamaran para testificar si era necesario. Esa carta no mencionó ningún llamamiento a la clemencia.
El diario O Globo de Brasil publicó en agosto documentos donde un exejecutivo de Odebrecht afirmó que el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, recibió sobornos por US$10 millones a cambio de un contrato de US$115 millones para obras en la refinería de Tula. Lozoya lo negó.
El lunes, Raúl Cervantes renunció al cargo de procurador general y dijo a los senadores que la fiscalía mexicana había concluido las investigaciones sobre Odebrecht. Sin embargo, los detalles aún no se han publicado.