Con motivo del Día del Recuerdo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, encabezó un acto en el monumento al Holocausto Yad Vashem en Jerusalén al que asistió también el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, de visita en el país.
Las sirenas sonaron hoy en todo Israel durante dos minutos mientras la gente recordaba en silencio en las calles a los alrededor de seis millones de judíos asesinados durante el Holocausto.
Con motivo del Día del Recuerdo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, encabezó un acto en el monumento al Holocausto Yad Vashem en Jerusalén al que asistió también el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, de visita en el país.
Además hubo ceremonias en las escuelas y universidades en todo el país, informó la agencia de noticias DPA.
Al inicio del Día del Recuerdo, que arranca con la puesta del sol el domingo y termina con la del lunes, Netanyahu destacó que Israel no confiará ciegamente en que la comunidad internacional impida a Irán la fabricación de una bomba nuclear.
"Nunca más volveremos a dejar nuestro destino en manos de otros, ni siquiera de nuestros mejores amigos", señaló ayer el premier, alegando que durante el Holocausto el peligro no se reconoció a tiempo.
Casi 70 años después del final de la Segunda Guerra Mundial viven en Israel unos 192.000 supervivientes del Holocausto nazi, la mayoría de los cuales eran niños que sobrevivieron en los campos nazis o escondidos.
El gobierno israelí aprobó ayer el pago de 50 millones de shekel (unos 10 millones de euros) a una fundación para los supervivientes del Holocausto necesitados de ayuda y otros 15 millones (unos 3 millones de euros) para financiar las medicinas de personas mayores y supervivientes.
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939 a 1945) el régimen nazionalsocialista alemán y sus aliados mataron a unos seis millones de judíos.
Yad Vashem trabaja por la identificación de las víctimas y ha documentado, según sus datos, dos tercios de los nombres.
En Polonia, cientos de jóvenes de Israel y otros países realizaron la anual Marcha de los Vivos, que recorre el trayecto entre Auschwitz y Birkenau, los dos extremos del complejo de exterminio nazi donde murieron miles de judíos.
Muchos de los jóvenes llevaban buzos azules con el logo del evento, y algunos portaban banderas israelíes.
Al llegar al memorial de piedra de Birkenau, los jóvenes escucharon un mensaje grabado del presidente israelí, Shimon Peres.
Luego quemaron seis antorchas en recuerdo de las víctimas, los sobrevivientes y los que arriesgaron su vida para salvar a judíos durante el Holocausto.