El jefe de policía Franco Gabrielli envió una directiva de dos páginas a las comisarías de todo el país el viernes en la que ordenaba que se incrementaran los esfuerzos para identificar y deportar a inmigrantes, una semana después de que el agresor del mercado navideño de Berlín, Anis Amri, fuera abatido a tiros cerca de Milán.
Roma. Italia buscará deportar a más inmigrantes que no tengan derecho a estar en el país y abrirá nuevos centros de detención para retenerles antes de su expulsión, según una directiva escrita y una fuente ministerial.
El jefe de policía Franco Gabrielli envió una directiva de dos páginas a las comisarías de todo el país el viernes en la que ordenaba que se incrementaran los esfuerzos para identificar y deportar a inmigrantes, una semana después de que el agresor del mercado navideño de Berlín, Anis Amri, fuera abatido a tiros cerca de Milán.
La directiva, vista por Reuters, dice que la policía debe asumir "acciones extraordinarias" ante la "creciente presión migratoria en un contexto internacional marcado por la inestabilidad y las amenazas", para "controlar y apartar a los extranjeros irregulares".
El ministro del Interior, Marco Minniti, tiene previsto abrir varios centros de detención nuevos en los que permanezcan los inmigrantes antes de su expulsión, dijo una fuente ministerial, en línea con las repetidas solicitudes de sus socios de la Unión Europea.
El endurecimiento de la posición sobre inmigración, que varios periódicos llevaron en sus portadas el sábado, es el primer gran cambio político realizado por el Gobierno del primer ministro Paolo Gentiloni desde que asumió al poder a mediados de diciembre, y se produce tras un año récord de llegada de inmigrantes por mar.
También se produce menos de un mes después de que el camión que conducía Amri en Berlín matara a doce personas, incluida una mujer italiana.
El tunecino Amri llegó a Italia por barco en 2011. Italia intentó sin éxito deportarle a Túnez. Luego fue liberado de un centro de detención y se le ordenó abandonar el país en 2015.
El predecesor de Gentiloni, Matteo Renzi, aceptó establecer puntos para identificar y tomar las huellas a los inmigrantes que llegaban a las costas italianas, pero se negó a construir grandes centros de detención para retener a los inmigrantes que no consiguieran el estatus de refugiado.
Sólo cuatro centros de detención previos a la deportación con unas 360 camas funcionan en la actualidad. El Ministerio del Interior tiene como fin abrir unos 16 más con al menos 1.000 más, dijo la fuente. Aún así, eso sólo acomodaría una pequeña fracción de los inmigrantes sin permiso que se estima viven en Italia.
De las más de 27.000 órdenes de expulsión que hubo en Italia, poco menos de 5.000 fueron deportados, según las cifras de Eurostat.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha pedido más esfuerzos para deportar a quienes no optan a la protección internacional, pero el proceso es lento y caro, y exige acuerdos bilaterales con los países de origen.
Italia tiene en la actualidad acuerdos bilaterales sólo con un puñado de países africanos.