Duque, quien planea reformar el acuerdo de paz con las FARC, quedó líder en la primera vuelta de este domingo, pero sin mayoría absoluta, y debe medirse con el segundo más votado, Petro, que promete profundos cambios económicos y sociales.
Bogotá. El derechista Iván Duque y el izquierdista Gustavo Petro, quienes definirán la presidencia de Colombia en una segunda vuelta en tres semanas, se aprestan desde este lunes a buscar las alianzas claves que les aseguren el triunfo definitivo.
Duque, quien planea reformar el acuerdo de paz con las FARC, quedó líder en la primera vuelta de este domingo, pero sin mayoría absoluta, y debe medirse con el segundo más votado, Petro, que promete profundos cambios económicos y sociales manteniendo el pacto con la desmovilizada guerrilla.
En la primera elección presidencial desde que fue firmado el acuerdo de paz, el político de derecha obtuvo el 39,14% de la votación -7,56 millones de sufragios-; mientras que Petro alcanzó un 25,08% -4,85 millones de votos-.
"Quiero hacerle un reconocimiento a mis contendores, ellos nunca han sido ni serán mis enemigos", dijo Duque en la noche de este domingo al reconocer las virtudes del matemático independiente Sergio Fajardo, quien con sus 4,58 millones de votos (23,73%) se convirtió en el más codiciado por los candidatos que siguen en juego.
"Ha hecho una campaña con temas importantes para el país y nos sintonizamos con él en la idea de trabajar en la educación, en la ética, tiene un gran sentido de colaboración cívica", afirmó en un discurso frente a sus eufóricos seguidores.
El candidato de derecha también destacó algunas de las propuestas del ex vicepresidente Germán Vargas Lleras, quien obtuvo más de 1,4 millones de votos (7,28%); así como del liberal Humberto De La Calle que sumó más de 399.000 sufragios (2,06%).
Aunque Petro, exalcalde de Bogotá que militó en la desmovilizada guerrilla del M-19, fue más cauto en su discurso luego de conocerse los resultados en referirse a posibles alianzas, fuentes de su campaña dijeron que desde este domingo inició contactos con sectores de la izquierda que respaldaron a Fajardo como el Polo Democrático y el Partido Verde.
Cautela de Fajardo. Sin responder a los coqueteos de los candidatos triunfadores, Fajardo se limitó a decir: "Tenemos que cuidar a Colombia de los extremos, para darle oportunidad a la inteligencia. Vamos a seguir trabajando por unir a Colombia y los que nos une es la educación".
Durante la campaña, aunque se declaró a favor de dar continuidad al acuerdo de paz, el profesor de 61 años aseguró que no apoyaría a Petro ni a Duque, por lo que analistas estiman que dejará a sus electores en libertad sin hacer un guiño por alguno de los que quedaron en la carrera presidencial.
El analista Eduardo Pizano, director de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes, dijo que aunque los votos de Fajardo son de opinión e independientes, inclinarán la balanza en la segunda vuelta.
"El candidato que logre convencer a ese segmento será el próximo presidente de Colombia", aseguró Pizano.
Por su parte, Vargas Lleras dijo que esta semana tomará una decisión para la segunda vuelta, pero fuentes de su campaña aseguraron a Reuters que apoyará a Duque para evitar un triunfo de la izquierda.
El Partido Liberal definirá en una reunión de sus directivos el camino a seguir.
Duque, un abogado y economista de 41 años del Partido Centro Democrático que dirige el expresidente Álvaro Uribe, promete recuperar la autoridad, modificar el acuerdo de paz y es aceptado por los inversores y los mercados con su propuesta de reducir los impuestos para impulsar el desarrollo económico.
El político, quien acusa a Petro de querer implementar un modelo socialista como el de Venezuela, busca impedir que los desmovilizados jefes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ocupen curules en el Congreso antes de confesar sus crímenes y responder ante la justicia.
Petro, candidato de la coalición Colombia Humana, se compromete a dar continuidad al pacto de paz, pero sus iniciativas de acabar con las industrias extractivas de petróleo y minería, de subir los impuestos a las tierras improductivas para comprarlas y entregarlas a los pobres provocan temor entre los empresarios y en los mercados.
El líder de izquierda niega que quiera convertir a Colombia en una Venezuela, como lo dicen sus detractores, con sus iniciativas sociales para reducir la pobreza y la desigualdad que implican cambios al sistema de salud y de educación.