Un funcionario de la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial (NISA, por su sigla en inglés) de Japón dijo que basado en los niveles acumulativos de radiación liberada la severidad del incidente fue elevada a 7, la más alta en una escala reconocida internacionalmente.
Tokio. Japón elevó este martes la severidad de su crisis nuclear al máximo nivel, quedando a la par con el peor desastre atómico del mundo registrado en Chernóbil en 1986.
Dos importantes réplicas sacudieron el martes al país, y un incendio comenzó en la planta de energía Fukushima Daiichi, pero los ingenieros parecían haberlo extinguido.
Los desarrollos de los últimos días sugieren que el operador de la instalación dañada no está cerca de restaurar los sistemas de enfriamiento de los reactores, claves para bajar la temperatura de barras de combustible nuclear sobrecalentadas.
Un funcionario de la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial (NISA, por su sigla en inglés) de Japón dijo que basado en los niveles acumulativos de radiación liberada la severidad del incidente fue elevada a 7, la más alta en una escala reconocida internacionalmente.
Un funcionario de alto rango de la oficina del primer ministro Naoto Kan dijo que la razón para elevar la severidad después de un mes del desastre fue que se tardó tiempo en medir y estimar la radiación general emitida desde la planta dañada.
"Aún antes de esto, considerábamos a este como un incidente muy serio, así que en ese sentido no habrá un gran cambio en la manera cómo lidiamos con la situación sólo porque la designamos de nivel 7", dijo el funcionario.
El accidente había sido calificado previamente como de nivel 5, a la par con el ocurrido en 1979 en la central Three Mile Island, en Estados Unidos.
Un incidente de nivel 7 implica una liberación importante de radiación con efectos extendidos para la salud y el medioambiente, mientras que uno de nivel 5 involucra una liberación limitada de material radiactivo, con varias muertes, de acuerdo con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Sin embargo, varios expertos dicen que la nueva calificación exagera la verdadera severidad de la crisis y que el incidente no se compara con el desastre de Chernóbil en Ucrania que liberó radiación sobre gran parte de Europa.
El incremento en el nivel de severidad enfatiza el riesgo de la tensión diplomática con los vecinos de Japón sobre la contaminación radiactiva. China y Corea del Sur ya habían criticado la decisión del operador de la planta de verter agua contaminada al mar, un proceso que ya ha detenido.
"Elevar el nivel a 7 tiene serias implicaciones diplomáticas. Le está diciendo a la gente que el accidente tiene el potencial de causar problemas a nuestros vecinos", dijo Kenji Sumita, un experto nuclear en la Universidad de Osaka.
El triple desastre es la peor crisis que golpea a Japón desde la II Guerra Mundial, después de que un terremoto de magnitud 9 y un enorme tsunami impactaron en la costa noreste del país dejando casi 28.000 muertos o desaparecidos y sacudiendo a la tercera economía más grande del mundo.
NISA dijo que la cantidad de radiación liberada a la atmósfera desde la planta, ubicada 240 kilómetros al norte de Tokio, fue de cerca de un 10 por ciento la de Chernóbil.
Sin embargo, el operador de la planta, Tokyo Electric Power (Tepco), advirtió que la liberación podría exceder eventualmente la de Chernóbil si no se detienen las filtraciones.
"La radiación liberada a la atmósfera alcanzó un máximo desde el 15 al 16 de marzo. La radiación continúa saliendo, pero la cantidad ahora ha caído considerablemente", dijo Hidehiko Nishiyama, vice director general de NISA.
La comisión nuclear del país también difundió un cálculo preliminar de la cantidad acumulativa de exposición externa la radiación, diciendo que excedió el límite anual de 1 millisievert en áreas a más de 60 kilómetros al noroeste de la planta y a unos 40 kilómetros al sur-suroeste, reportó la agencia de noticias Kyodo.
Aún lejos de una resolución. Tepco ya vertió 10.400 toneladas de agua con bajos niveles de radiación al mar para liberar los depósitos y poder contener agua con altos niveles de contaminación.
En un intento desesperado por enfriar las barras altamente radiactivas, Tepco bombeó agua sobre los reactores, algunos de los cuales experimentaron una fusión parcial en sus núcleos.
Pero la estrategia ha dificultado las medidas para restaurar el sistema interno de enfriamiento de la planta, dado que los ingenieros deben centrarse en cómo almacenar las 60.000 toneladas de agua contaminada.
Los ingenieros están también inyectando nitrógeno en los reactores para evitar una acumulación de hidrógeno que aumenta el riesgo de otra explosión que liberarían más radiación, aunque advirtieron que el riesgo ha disminuido significativamente desde el 11 de marzo.
Debido a la acumulación de contaminación radiactiva, el gobierno ha instado a las personas a que abandonen ciertas áreas más allá de una zona de exclusión de 20 kilómetros en torno a la planta. Miles de personas podrían verse afectadas por esta decisión.