Japón prohibió la entrada de personas en un área a 20 kilómetros de la planta Fukushima Daiichi en el noreste del país, cuyos sistemas de enfriamiento de reactores fueron afectados por un terremoto y un tsunami el 11 de marzo, provocando fusiones.
Tokio. Unos 60.000 manifestantes se reunieron este lunes en el centro de Tokio para pedir que Japón deje de depender de la energía nuclear, seis meses después del peor accidente nuclear del mundo en 25 años.
Japón prohibió la entrada de personas en un área a 20 kilómetros de la planta Fukushima Daiichi en el noreste del país, cuyos sistemas de enfriamiento de reactores fueron afectados por un terremoto y un tsunami el 11 de marzo, provocando fusiones.
Unas 80.000 personas han sido evacuadas del área alrededor de la planta, que aún sigue emitiendo radiación, en la peor crisis nuclear del mundo desde Chernóbil en 1986. El desastre llevó al Gobierno a repensar su política energética.
Los líderes de la protesta, entre ellos el ganador del Nobel de 1994 Kenzaburo Oe y el músico Ryuichi Sakamoto, llamaron al acto "Despedida de las Plantas de Energía Nuclear".
"Este es el único momento para realmente cambiar la política nuclear y este es el mejor momento para actuar", dijo Satoe Sakai, de 39 años, que viajó desde la ciudad central de Osaka para sumarse a la marcha.
"Si no lo detenemos ahora, probablemente nunca lo hagamos", agregó.
El ex primer ministro Naoto Kan indicó a la agencia de noticias Kyodo que se enteró de que alrededor de 30 millones de personas en Tokio y en las prefecturas cercanas podrían haber sido evacuadas en el peor de los escenarios imaginados.
"Fue un momento crucial en el que no estuve seguro de si Japón iba a poder seguir funcionando como un Estado", dijo Kan citado por Kyodo el fin de semana.
Anteriormente Kan reconoció que Japón no tenía otra opción que reducir su dependencia en la energía nuclear en algún momento. Pero no llegó a reclamar un cierre definitivo del sector, que antes de la crisis suministraba alrededor del 30 por ciento de la electricidad en el país.
Muchos de los manifestantes que se hicieron presentes en Tokio eran de Fukushima.
"Nosotros, el pueblo de Fukushima, no vemos la radiación nuclear y por supuesto no podemos olerla", dijo Yoshiharu Saito. "Pero no tenemos dudas de que se está expandiendo", agregó.