El sacerdote, desde 1978 en Alemania y actualmente en la pequeña localidad bávara de Wilhelmsthal, junto a Kronach, viajó hace unos años a Buenos Aires, por invitación del arzobispado de la capital argentina, y "abordó la cuestión", indicaron fuentes de esa orden en Múnich.
Berlín, EFE. El jesuita Franz Jalics, uno de los sacerdotes secuestrados por la dictadura argentina siendo Jorge Mario Bergoglio Provincial de Buenos Aires de la orden, vive en Alemania y está "en paz" con el papa Francisco, según fuentes de la orden.
El sacerdote, desde 1978 en Alemania y actualmente en la pequeña localidad bávara de Wilhelmsthal, junto a Kronach, viajó hace unos años a Buenos Aires, por invitación del arzobispado de la capital argentina, y "abordó la cuestión", indicaron fuentes de esa orden en Múnich a la edición digital del semanario "Der Spiegel".
"Está en paz con Bergoglio", añade el portavoz jesuita, Thomas Busch, sin especificar el contenido de la conversación.
Jalics fue secuestrado en 1976, junto con el también jesuita Orlando Yorio, cuando ambos ejercían en una villa miseria bonaerense en tiempos de la dictadura argentina (1976-1983).
La cuestión de la presunta colaboración del papa Francisco con la Junta, concretamente en ese caso, fue unos años atrás abordada por el periodista argentino Horacio Verbistky y ahora resurgió tras la elección del pontífice.
El propio Bergoglio contestó a las acusaciones en 2010, en el libro "El jesuita" y rechazó tal colaboración.
El activista de derechos humanos y Premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel, rechazó estos días tajantemente tales acusaciones desde la televisión británica BBC, donde dijo que "hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura argentina, pero Bergoglio no".
Al nuevo papa "se lo cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes. Sé personalmente que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sacerdotes y no se les concedía", recordó Pérez Esquivel.
Los dos jesuitas fueron liberados tras cinco meses de torturas. Yorio murió en 2000 en Uruguay, mientras que Jalics se refugió en la meditación y el rezo para sobrellevar la experiencia sufrida.
El sacerdote, de origen húngaro, se trasladó a vivir a Alemania en 1978 y ahí escribió un libro sobre su retiro espiritual, situación en la que sigue.
El propio Jalics ha rehuido hacer declaraciones sobre ese capítulo y el único pronunciamiento ha sido a través del portavoz de la orden jesuita de su distrito a "Der Spiegel", así como a medios bávaros.
El sacerdote tiene actualmente 85 años y sigue consagrado a los ejercicios espirituales contemplativos, apunta la radio pública bávara Bayerische Rundfunk (BR).
Jalics está ahora de viaje en Hungría, hacia donde partió "recientemente", al parecer para una estancia de varios meses largamente planeada, indicaron las fuentes jesuitas a la emisora pública bávara.
El portavoz de la orden dejó asimismo claro que Jalics no se ha "escondido" para evitar el revuelo mediático, que su viaje no tiene nada que ver con la elección del Papa y que se espera regrese a Alemania el 10 de mayo.
De acuerdo con ese portavoz, Jalics no tiene intención de hacer declaración alguna sobre Bergoglio.