El visible declive del extravagante líder de 55 años sacudió la nación, pero regresó después de tres noches de cuidados intensivos en el Hospital St Thomas después de entrar con fiebre y tos.
Londres. El primer ministro Boris Johnson descansaba en el hospital este viernes, recuperándose de COVID-19, mientras que a los británicos se les ha dicho que eviten la tentación de tomar el sol primaveral durante las vacaciones de Semana Santa con el brote de coronavirus acercándose a su punto máximo.
El visible declive del extravagante líder de 55 años sacudió la nación, pero regresó después de tres noches de cuidados intensivos en el Hospital St Thomas después de entrar con fiebre y tos.
"Debe descansar", dijo su padre Stanley Johnson a la radio de la BBC, agradeciendo a los británicos por su gran apoyo y diciéndoles que prestaran atención a la lección.
Johnson fue el primer líder mundial en ser hospitalizado con coronavirus, obligándolo a entregar el control al ministro de asuntos exteriores Dominic Raab justo cuando la situación de Reino Unido empeoraba drásticamente.
El número de muertos es de 7.978, el quinto registro más alto del mundo.
"No se puede salir de esto y volver directamente a Downing Street y tomar las riendas sin un período de adaptación", añadió Stanley Johnson.
La oficina del primer ministro en Downing Street dijo que estaba en la "fase temprana" de la recuperación y no estaba claro cuánto tiempo estaría en el hospital.
Un largo confinamiento. El Gobierno está considerando cuándo puede poner fin al encierro, aunque Raab ha dicho que era demasiado pronto para tomar una decisión porque Reino Unido aún no había alcanzado el punto máximo del brote.
El Gobierno dice que para la próxima semana tendrá una mejor idea de si el confinamiento ha logrado reducir las infecciones de coronavirus y las hospitalizaciones.
"Ya hemos empezado a ver un estancamiento", dijo el epidemiólogo Neil Ferguson, profesor del Imperial College de Londres, que ha ayudado a dar forma a la respuesta oficial.
Reino Unido está pasando por su tercera semana de restricciones, durante las cuales la policía ha asumido nuevos poderes para multar a las personas que se alejen demasiado o que pasen mucho tiempo fuera de sus hogares, a menos que realicen trabajos esenciales o busquen alimentos y medicinas.
Con el sol bañando una nación, a menudo empapada por la lluvia, justo al comienzo de las vacaciones de cuatro días a partir del viernes, las autoridades estaban al acecho de aquellos tentados a ver a familiares y amigos.
"La mejor manera de proteger a nuestros seres queridos es manteniéndonos alejados esta Pascua", dijo una portavoz del gobierno.
