"Estamos viendo un despliegue masivo de la fuerza policial", dijo María Antonia Araque, sindicalista de Comisiones Obreras, delante de una cochera de la Empresa Municipal de Transporte (EMT) de Madrid.
Madrid. El primer tercio de la huelga general de 24 horas convocada este jueves en España se desarrollaba sin grandes incidencias, con amplios cordones policiales que protegían puntos neurálgicos de la capital como Mercamadrid o las cocheras del transporte público, así como las principales arterias comerciales.
"Estamos viendo un despliegue masivo de la fuerza policial", dijo María Antonia Araque, sindicalista de Comisiones Obreras, delante de una cochera de la Empresa Municipal de Transporte (EMT) de Madrid.
Los sindicatos hablaban de un arranque positivo con un seguimiento masivo sobre todo en la industria pesada y los fabricantes de automóviles.
En la fábrica industrial Bosch en Madrid, no se registraba ningún tipo de actividad, y la jornada de huelga se desarrollaba sin incidentes, con los piquetes informativos a la puerta.
"Aquí trabajan más de mil personas, y nadie ha venido a trabajar", dijo José Ángel Castellanos, representante de Comisiones Obreras (CCOO) en Bosch Madrid.
Muchos analistas vaticinaban que el seguimiento de la huelga sería muy bajo entre las pequeñas y medianas empresas (pymes), y la mayoría de los comercios minoristas de la capital abrían sus puertas.
"En Madrid es muy difícil cerrar los comercios, pero la huelga está siendo un éxito, con la caída de la demanda eléctrica, (...) la industria, el transporte", dijo Marta Lois, representante de UGT que se manifestaba en el centro de Madrid.
Sin embargo, en la capital también se veían algunas tiendas particulares cerradas.
"En solidaridad con los trabajadores asalariados, este comercio cerrará el 29 de marzo por huelga general. Disculpen las molestias", rezaba un cartel en una administración de loterías del madrileño distrito de Ciudad Lineal.
El paro, convocado para protestar contra una reforma laboral aprobada por el gobierno que abarata el despido y permite una rebaja unilateral de salarios, tiene un seguimiento del 85% una vez descontados los servicios mínimos, según datos de los sindicatos.
Más allá de la reforma laboral, manifestantes y huelguistas se manifiestan contra la política de ajuste pactada con Bruselas que ya tiene impacto en servicios sociales básicos.
"El asunto no sólo es la reforma laboral, estamos en contra de un sistema que está desestructurando y provocando la ruina social y económica del pueblo, esto no va a parar aquí. Las protestas sociales tienen que subir", dice Trini Cuesta, de 58 años, que trabaja en un hospital público de Barcelona.
Precisamente la víspera, el líder de CCOO, mayor sindicato español por afiliación, vaticinaba un aumento de las protestas con un Gobierno que va a hacer caso omiso a las reclamaciones de moderación en la reforma laboral.
El seguimiento de la huelga es una prueba de fuego para los sindicatos tradicionales, CCOO y Unión general de Trabajadores (UGT), cuyas cúpulas directivas son vistas por gran parte de la población como poco funcionales a la hora de defender los derechos de los trabajadores.
"Las bases tienen que hacer reaccionar a los responsables, pero ahora es momento de mirar al futuro, de unir y no dividir", agregó Cuesta.
Fuerte presecia policial. En las calles de Madrid se notaba una fuerte presencia policial, y la céntrica Gran Vía se vio cortada a media mañana durante unos minutos por manifestantes con banderas de CCOO que coreaban "Huelga, huelga".
Tanto en Barcelona como en Madrid, algunos bancos fueron el blanco del enfado de los manifestantes, que ven a las entidades financieras como unos de los principales responsables de la crisis económica que asola a una España con un 23 por ciento de paro.
Frente a la sede del gobernante Partido Popular en Madrid, un cajero destrozado era una muestra de este descontento, mientras que en el barcelonés Paseo de Gracia se han cerrado cajeros con pegatinas y ha habido pequeñas concentraciones ante sedes de bancos.
En las primeras horas de la mañana, el ministerio del Interior señalaba que los servicios mínimos se estaban cumpliendo en las grandes ciudades, y los episodios de violencia eran aislados, con 58 detenidos en todo el país, con 9 heridos leves, de los cuales 6 eran agentes de las fuerzas de seguridad.
Las entradas de los mercados centrales mayoristas no registraron grandes incidencias pese a la gran concentración de piquetes informativos.
"La tranquilidad es el denominador común de esta jornada. La situación en los mercados centrales es de absoluta normalidad, salvo en Murcia, donde el mercado ha cerrado, y cortes intermitentes en el de Barcelona", añadió Díaz.
Los puertos de Valencia y Sevilla permanecían cerrados.
En el sector de medios, varias televisiones públicas regionales veían interrumpida su emisión.
A las 0730 horas, la demanda real de energía eléctrica era de 23.640 MW, un descenso del 21 por ciento respecto a la misma hora del jueves de la semana pasada, según el sitio web del operador Red Eléctrica.