Detrás de los dichos de Mujica sigue la preocupación por evitar una concentración en el sector. La alusión es clara: los frigoríficos uruguayos en manos de empresas brasileñas, que no llegan a concentrar el 50% de la faena.
Uruguay. Cuando parecía que los protagonistas del que hacer político y agropecuario dormían la tradicional siesta del verano, el presidente José Mujica encendió una mecha al acusar a los frigoríficos de ponerse de acuerdo para bajar el precio del ganado que pagan a los productores.
Es cierto: el precio del novillo gordo llegó a tocar un año atrás los US$ 3,80 el kilo y ahora cotiza a US$ 3,20 el kilo. Eso es lo que llama la atención y provoca el cuestionamiento del presidente a los industriales.
También es cierto que un año atrás, el vicepresidente del Frigorífico San Jacinto, Gastón Scayola, pronosticó en diálogo con El Observador Agropecuario –8 de marzo de 2013– lo que ocurriría en la industria cárnica durante el año.
Dijo Scayola: “Si miramos desde 2007 a la actualidad, los precios de venta de exportación (de la carne) subieron un 90% (...) Pero el ganado subió un 107% en el mismo período. Una cosa que sube el 90% y otra que sube el 107% significa que la industria absorbió esa diferencia. Y para la industria no es gratis absorber esa diferencia”.
Y el pronóstico de Scayola siguió por el camino de una baja constante del precio del ganado, una historia que parece que no terminó, incluida la fuerte baja de la faena. Que al concluir el año no logró superar los 2 millones de cabezas.
Como la compra de haciendas gordas para industrializar –y mayormente exportar–, hay que hacer negocios. Es lógico, pues, que la industria tire para abajo y el productor tire para arriba.
Por eso la fuerte caída de la faena también se debe a la estrategia comercial de los productores, de retener el ganado en el campo gracias a un clima favorable para las pasturas, no convalidando la intención de los frigoríficos de bajar el precio. Si uno no compra a un precio y otro no vende, la faena cae.
En esa lucha por la materia prima hubo un capítulo aparte con el tema del dressing –limpieza de la res–, que despertó la puja entre frigoríficos y productores, saldada finalmente con la intervención del ministro de Ganadería, Tabaré Aguerre, quien dispuso que se publicara la información del trabajo industrial.
El tema se politiza. Las aguas parecía que se habían aquietado cuando el presidente Mujica habló por la radio, encendiendo una nueva polémica y provocando un fuerte cruce de acusaciones entre los representantes del Poder Ejecutivo en la Junta Directiva de INAC y algunos industriales, que enseguida se llamaron a silencio.
El hecho recordó otros enfrentamientos previos a “el asado del Pepe”, cuando Mujica, siendo ministro de Ganadería en 2005, dijo que los industriales de la carne eran “medio mafiosos”. Ahora la preocupación que dispara las declaraciones del presidente es que exista un acuerdo entre los frigoríficos para bajar el precio del ganado. Los frigoríficos lo niegan.
Detrás de los dichos de Mujica subsiste la preocupación oficial por evitar una concentración en el sector. La alusión es clara: los frigoríficos uruguayos en manos de empresas brasileñas, que no llegan a concentrar el 50% de la faena.
De esa forma, el tema pasó ahora a un escenario politizado: la Junta Directiva de INAC, donde se sientan industriales, productores y el gobierno. Parece que se adelanta el receso veraniego.
Mientras tanto, el productor seguirá peleando el mejor precio posible y, como dijo ayer una alta fuente industrial a El Observador Agropecuario, “nosotros no mandamos señales a los productores a través del precio y necesitamos los tres millones de terneros. Nosotros ponemos el precio según la competencia”.
La mecha está encendida. No se sabe quién la apagará.
En EEUU. “Uruguay es tomador de precios”, dijo a El Observador Agropecuario una fuente de la industria cárnica. Por ejemplo, “en China, que es nuestro principal mercado en la actualidad, el precio lo marca Australia, que es nuestro principal competidor”.
Consultada sobre el precio de US$ 4,68 que se paga por el kilo de novillo en EEUU, la fuente dijo que “EEUU tiene la materia prima muy cara, en lo interno y para exportar”, y agregó que eso “nos puede beneficiar en los mercados en los que competimos”.