Durante meses, asesoraron silenciosamente a la Casa Blanca con la esperanza de dar forma al cambio de enfoque hacia la nación comunista.
Miami. Para un grupo de jóvenes estadounidenses de origen cubano la nueva política del presidente Barack Obama hacia La Habana no ha sido algo inesperado.
Durante meses, asesoraron silenciosamente a la Casa Blanca con la esperanza de dar forma al cambio de enfoque hacia la nación comunista.
"Gran parte de lo que el presidente anunció es lo que nosotros, y otros en Miami, hemos estado haciendo por mucho tiempo", dijo Felice Gorordo, cofundador de Raíces de Esperanza, un grupo sin filiación política de estudiantes universitarios y jóvenes profesionales de origen cubano.
Su misión es tener un contacto más cercano con la isla para establecer una comprensión mutua, un punto de vista que a menudo difiere del de sus padres y abuelos.
Pero ofrecen mucho más que asesoría política. Obama cuenta con la organización, y otras como ésta, para ayudar a allanar el camino a su nueva política que incluye medidas que van desde promover sociedades en el sector privado, hasta modernizar la infraestructura de telecomunicaciones y restaurar el acceso a los servicios bancarios estadounidenses en la isla.
"Existe una clara comprensión en la Casa Blanca de que políticamente van a tener que enfocarse y trabajar con las generaciones más jóvenes de cubanos americanos que están movilizados y apoyando la decisión del presidente", dijo Frank Mora, un investigador cubano de la Universidad Internacional de Florida en Miami y ex funcionario del Pentágono para Latinoamérica en el gobierno de Obama.
Obama va a necesitar ese apoyo frente a la oposición de sus rivales republicanos y de dirigentes políticos cubanoamericanos que se oponen a tener vínculos mas cercanos con Cuba.
Establecer raíces. Gorordo fue uno de los fundadores de Raíces de Esperanza en 2002 mientras estudiaba asuntos gubernamentales en la Universidad de Georgetown, luego de una visita a Cuba donde se inspirado en varios jóvenes instruidos y deseosos de un cambio.
El foco principal de Raíces de Esperanza es lo que llaman "conectividad persona a persona" con la isla. El grupo envía teléfonos inteligentes a Cuba. Alienta a los cubanos americanos a visitar el país, volver a contactarse con sus familiares perdidos y descubrir su tradición.
Fue pieza fundamental, por ejemplo, en ayudar a Google a obtener el permiso de Estados Unidos en agosto para que usuarios en Cuba tuvieran acceso a su navegador de internet Chrome.
"A fin de ser capaces de avanzar tienen que ser capaces de involucrarse", dijo Gorordo, de 31 años y ex becario de la Casa Blanca en 2011-2012, que también es director ejecutivo de Clearpath, una compañía de tecnología que orienta a los usuarios en el proceso de llenar formularios de inmigración en línea.
El gobierno de Obama confirmó su involucramiento con Raíces de Esperanza. Le ha consultado a la organización sobre "los tipos de acciones que cree deberían contribuir a una mayor apertura en Cuba", dijo Bernadette Meehan, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, el organismo asesor del presidente en política exterior.
Anuncio sorpresa. La participación de la Casa Blanca comenzó poco después de que Obama visitó en noviembre del año pasado Miami para recaudar fondos, donde dijo que la política de Estados Unidos en relación a Cuba podría necesitar una "revisión".
Pero el anuncio del miércoles enfrentó el desprecio de muchos viejos líderes exiliados cubanos que se oponen fuertemente a relajar la presión sobre el gobierno de Cuba que consideran está llegando a su fin.
El representante republicano por el estado de Florida, Mario Diaz-Balart, dijo que reportes de prensa habían informado durante décadas sobre "un cambio en la percepción", pero destacó que ningún cubanoamericano que apoye la normalización ha sido elegido.
"¿Dónde están todas esas personas? Podría querer entrevistarlas", sostuvo.
Otros cubanos mayores son incluso más duros. "Es triste que la gente joven sea tan ignorante. Deben ser comunistas", dijo Laura Vianello, de 68 años, una exiliada cubana que pertenece al grupo de línea dura Vigilia Mambisa en Miami.
Ese punto de vista, no obstante, parece estar relajándose. Las protestas callejeras en Miami fueron pequeñas esta semana, en un fuerte contraste con las grandes manifestaciones del año 2000 cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos ordenó que el balsero de seis años, Elián González, volviera con su padre a Cuba.
Recientes sondeos de opinión mostraron un marcado cambio entre los cubanos más jóvenes, así como un creciente grupo de cubanoamericanos de mediana edad frustrados con 50 años de fracasos para cambiar el régimen en Cuba.
Un sondeo publicado el viernes mostró divisiones a partes iguales entre los cubanoamericanos en torno a la nueva política de Obama. Casi 52% de los cubanos menores a 65 años apoyaban una normalización, según un sondeo de Bendixen & Amandi International, mientras que un 67 por ciento de aquellos mayores a 65 años se oponían.
Pero son los cubanoamericanos jóvenes los que tienen más en juego.
"Ha sido una semana eufórica", dijo María Carla Chicuen, de 26 años, hija de profesionales cubanos que dejó Cuba con su familia en 2002 cuando tenía 14 años. Después de sólo cuatro años en una escuela secundaria en Miami se ganó media beca para estudiar historia en la Universidad de Harvard, antes de obtener una maestría en London School of Economics.
"Cuba está llena de potencial y profesionales muy talentosos", dijo. "Si se les da la oportunidad pueden hacer maravillas".