"La paz de nuestro país es una paz que beneficia al mundo en muchos frentes, y uno de esos frentes es la seguridad alimentaria y el desarrollo de la agricultura", sostuvo.
Reducir la pobreza y el hambre en las zonas rurales de Colombia es clave para una paz duradera en Colombia, la que, a su vez, ayudará al país a convertirse en un granero para el mundo, dijo el jueves el presidente Juan Manuel Santos.
La reforma rural para atender la desigualdad en la distribución de las tierras es una de las claves del acuerdo firmado el mes pasado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y Santos, quien ganó el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos para conseguirlo.
"Sabemos que no hay paz donde existe el hambre. Y sabemos también que la falta de paz promueve un entorno de escasez y desigualdad", dijo Santos a representantes gubernamentales reunidos en la sede de Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma.
"La paz de nuestro país es una paz que beneficia al mundo en muchos frentes, y uno de esos frentes es la seguridad alimentaria y el desarrollo de la agricultura", sostuvo.
Más de 220.000 personas murieron en los 52 años desde que comenzó la guerra con el levantamiento de los rebeldes de inspiración marxista de las FARC por el desigual reparto de la tierra.
El conflicto forzó a casi siete millones de personas, la mayoría granjeros pobres, a dejar sus hogares, en uno de los desplazamientos más grandes del mundo.
"El campo también ha sido víctima; el conflicto armado interno le restó productividad a nuestro sector rural, aumentó la brecha social con las zonas urbanas, y profundizó las inequidades en nuestro país", agregó Santos.
En Colombia se explotan 7 millones de hectáreas de un total posible de 26 millones, dijo Santos, quien mencionó un estudio reciente. "Venimos de un territorio con un potencial inmenso, pero desaprovechado por cuenta del conflicto", remarcó.
"Hoy me siento feliz al anunciarles que –tras ponerle punto final al conflicto con las FARC– nos disponemos a aprovechar al máximo nuestro potencial, y a hacer del campo colombiano esa despensa alimentaria que el mundo necesita –para combatir la desnutrición y el hambre más allá de nuestras fronteras–", añadió.
Según el acuerdo de paz, la fuerza de unos 7.000 efectivos de las FARC abandonará las armas en seis meses y se convertirá en un partido político.