El juicio contra Cristina Kirchner por enriquecimiento ilícito podría llevarla a la cárcel o hacer que regrese con gloria. ¿Qué hay de cierto sobre los supuestos negocios ilegales de la familia Kirchner?
La despedida del 2016 no pudo haber sido más nefasta para Cristina Fernández de Kirchner. El 31 de diciembre, el juez federal Julián Ercolini ordenó embargar 16 propiedades, entre ellos dos hoteles, propiedad de los hijos la presidenta, Máximo y Florencia, como parte de una investigación por lavado de dinero. Eso, sumado a un embargo anterior, resulta en una suma de 666 millones de dólares.
El juez procesa a la expresidenta argentina, sospechada junto con el ex ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, el ex secretario de Obras Públicas, José López, y el empresario Lázaro Báez de asociación ilícita y administración fraudulenta agravada entre 2003 y diciembre de 2015, con el fin de apoderarse ilícita y deliberadamente de fondos asignados a obras viales en la provincia de Santa Cruz, en la Patagonia argentina.
Tanto desde su cuenta en Twitter como en su página oficial, la ex mandataria niega que posea esos bienes y declaró una fortuna personal de 5 millones de dólares.
Ahora, en 2017, el proceso a Cristina Kirchner reaviva los fantasmas de su posible encarcelamiento, posibilidad con la que el actual Gobierno de Mauricio Macri juega desde que ingresó a la Casa Rosada. Así, la división en la sociedad argentina se mantiene: los seguidores de CFK la aclaman, y sus detractores la quieren ver entre rejas. "Las causas en contra de Cristina Kirchner reflejan que la corrupción en el kirchnerismo fue muy organizada y vertical, digitada y planificada desde el vértice político”, explicó a DW Marcos Novaro, politólogo argentino que dirige el Centro de Investigación Política de la Universidad de Buenos Aires (CIPOL).
Nicolás Tereschuk, por su parte, politólogo y docente de la Universidad de Buenos Aires y de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) plantea una visión distinta: según él, “el Poder Judicial avanza con investigaciones que muestran criterios laxos para el encuadramiento de los presuntos delitos y con varios flancos débiles. Por ejemplo: el juez ubica el delito a partir de 2003, cuando Cristina Kirchner no era funcionaria. Además, la auditoría no señala sobreprecios ni irregularidades, y los presupuestos con que se dota a proyectos de vialidad son aprobados cada año por el Congreso”, dijo en entrevista con DW. En ese contexto, mencionó el caso de Brasil, donde, por las acusaciones en su contra, el expresidente Lula da Silva ya recurrió a la ONU para denunciar al juez Sergio Moro por abuso de poder y persecución política.
Enriquecimiento va de la mano del poder. "La ambición de dinero fue, en el caso de Néstor y Cristina, paralela a la de poder e inseparable de ella. Dinero y poder se necesitan mutuamente, así lo entendieron ellos, y así actuaron siempre”, subraya Novaro. Y agrega que el objetivo de reunir dinero siempre estuvo ligado a administrar el poder de forma centralizada, ya que eso les permitía financiar la política "de modo oscuro e ilimitado”.
La fortuna de los Kirchner Pero, ¿qué hay de cierto sobre la tan mentada fortuna ilícita de CFK? Según Marcos Novaro, "que hay un enriquecimiento muy sistemático que acompañó en alguna medida e incluso hasta precedió la carrera política de los Kirchner lo sabe todo el mundo. Incluso los propios Kirchner lo admitieron”. Al principio del mandato de Néstor Kirchner, en 2003, Cristina Fernández lanzó una explicación pública que dio mucho que hablar en ese momento, acerca de que "para hacer política hace falta reunir plata”. De ese modo, puso el acento en que su objetivo no era acumular dinero, sino poder.
Pero Nicolás Tereschuk subraya que la figura de enriquecimiento ilícito ha sido utilizada con fines políticos en otros momentos: “El ex presidente Juan Perón fue acusado por el régimen militar que lo derrocó en base a este delito y también ello ocurrió con las organizaciones guerrilleras a principios de la década del 70.”
"La ambición de dinero fue, en el caso de Néstor y Cristina, paralela a la de poder e inseparable de ella. Dinero y poder se necesitan mutuamente, así lo entendieron ellos, y así actuaron siempre”, contrapone Marcos Novaro. El manejo centralizado del poder hizo que los Kirchner también administraran las ganancias de los demás, volviéndolos cómplices subordinados que no estaban en condiciones de hablar sobre el tema, ni disentir, y mucho menos traicionarlos, explica.
Al respecto, Tereschuk opina que algunas decisiones de política económica de Kirchner han podido ser más o menos acertadas, pero en ellas no está claro o es discutible que haya violaciones al Código Penal.
¿Regreso con gloria o futuro entre rejas? Para Cristina Kirchner, este proceso podría desembocar en su ingreso a prisión. Sin embargo, con la acostumbrada lentitud de la Justicia argentina, ”seguramente habrá muchas apelaciones y muchas pruebas que pueden trabarse. No creo que el juicio llegue a un desenlace este año”, dice Marcos Novaro. Por otra parte, destaca el experto "esto no quedará en la indefinición”.
Si bien hay un gran sector de la población argentina que la apoya, y en vista de que al gobierno actual no le están saliendo las cosas demasiado bien. "podría haber quien vote por nostalgia, porque piensan que con Cristina estábamos mejor”, dice Novaro refiriéndose a una posible candidatura de la expresidenta en 2019.
Por último, Tereschuk resalta que las investigaciones judiciales independientes sobre la actuación de los funcionarios y ex funcionarios públicos son necesarias, pero que “también deben analizarse los beneficios que grandes grupos de medios han obtenido en la Argentina desde que Mauricio Macri es presidente”, añade, en referencia a la avanzada política-mediática y judicial de denuncias contra Cristina Kirchner.