El secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas, Néstor Kirchner, debió afrontar las críticas de congresistas paraguayos renuentes a ratificar la adhesión de su país.
Asunción. El secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas, Néstor Kirchner, defendió este miércoles en Paraguay al bloque regional pese a críticas de congresistas que se muestran renuentes a ratificar la adhesión de su país al organismo.
En su primer viaje como secretario de la organización, el ex presidente argentino recibió las inquietudes de un grupo de parlamentarios paraguayos, encabezados por el presidente del Congreso, Miguel Carrizosa, que expresaron dudas sobre si apoyarán la ratificación.
Carrizosa, senador del pequeño partido centroderechista Patria Querida y un férreo opositor al Gobierno del presidente Fernando Lugo, señaló que está de acuerdo con los principios de Unasur, pero que teme que el bloque se centre en discusiones ideológicas que debiliten a otros organismos como el Mercosur.
"No estaríamos de acuerdo con una Unasur ideologizada, no creemos que deba nacer para eso", dijo Carrizosa a periodistas, en alusión a la influencia que el presidente venezolano Hugo Chávez podría ejercer sobre sus socios.
Ante los cuestionamientos, Kirchner explicó que Unasur llevará adelante una tarea integradora "adecuando el pensamiento de todos" y que los presidentes pueden plantear sus intereses e ideas dentro de las discusiones del bloque.
"Unasur está naciendo recién; es muy difícil describir algo antes de que funcione, la idea es que a la Unasur hay que ir fundándola con la participación de todas las naciones", afirmó Kirchner en conferencia de prensa.
"La vocación política de la Unasur es la voluntad de los pueblos de Latinoamérica en su conjunto sin parcialidades", agregó Kirchner, quien se reunió con el presidente paraguayo.
La Unión de Naciones Suramericanas está integrada por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Guyana, Ecuador, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela. Su tratado constitutivo, suscripto en el 2008, debe ser ratificado por al menos nueve países para entrar en vigencia plena.
Fue aprobado por parlamentos de Perú, Bolivia, Ecuador, Guayana y Venezuela y está pendiente en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay, Surinam y Uruguay.