El carnaval de Oruro es uno de los principales atractivos de Bolivia, por lo que se ha constituido en uno de los pilares de un ambicioso plan de atracción de visitantes extranjeros lanzado el año pasado por el Gobierno de Morales.
Los diablos salieron de nuevo a las calles este sábado como figuras centrales de la famosa "entrada" o desfile folclórico en honor de la Virgen del Socavón, una colorida y masiva celebración de carnaval con la que Bolivia apuesta a convertirse en una potencia turística regional.
Los peregrinos danzarines culminaban su demostración callejera postrados de rodillas ante una imagen de la Virgen María en un templo construido en el ingreso a una antigua mina de plata, prometiéndole casi invariablemente que volverán dentro de un año a la fiesta católica-pagana en la ciudad altiplánica de Oruro.
El presidente Evo Morales, un indígena de ideas socialistas nacido en el departamento de Oruro, y su vicepresidente Alvaro García asistían a la "entrada" y dejaban frecuentemente su palco para sumarse a los bailes en los que participaban más de 30.000 personas, en 49 fraternidades.
"Celebramos el carnaval y lo apoyamos como una recuperación de nuestros valores, porque esta fiesta es del pueblo", dijo Morales, quien en su juventud fue trompetista de una de las bandas que acompañaba los bailes del carnaval andino.
"La fiesta es también un derecho de los pueblos originarios y esto tenemos que saber mostrarlo al muido", agregó ante reporteros en la ciudad minera, ubicada a 3.740 metros sobre el nivel del mar y a 230 kilómetros al sur de La Paz.
El carnaval de Oruro es uno de los principales atractivos turísticos de Bolivia, por lo que se ha constituido en uno de los pilares de un ambicioso plan de atracción de visitantes extranjeros lanzado el año pasado por el Gobierno de Morales.
Como parte de ese plan, el mandatario inauguró este viernes un aeropuerto internacional en Oruro y confirmó que entregará hasta mediados de 2014 una autopista entre esta ciudad y La Paz, la primera carretera de este tipo en un país de poco más de diez millones de habitantes.
A principios de mes, Oruro estrenó un gigantesco monumento a la Virgen María, de 45,5 metros de altura, gracias al cual los lugareños no dudan ahora en proclamar que compiten de igual a igual con el carnaval de Río de Janeiro y el legendario Cristo de Corcovado, que es siete metros más pequeño.
Según cifras oficiales, Bolivia recibió en 2012 por primera vez más de un millón de visitantes extranjeros, que gastaron casi US$450 millones, cifra significativa en una economía que exportó US$11.700 millones.
Medios locales dijeron que hasta 100.000 turistas asistían a la "entrada" del carnaval orureño, en la que destacaba el baile de la diablada, una representación de la lucha entre el bien y el mal en las minas que concluye con los bailarines arrodillados ante la Virgen y despojados de sus enormes máscaras de múltiples cuernos.
Otras danzas representaban el duro viaje de los indígenas hacia las minas en la época de la colonización española o la rebelión de los esclavos negros de las tierras tropicales, en un desfile que se prolongaría hasta la madrugada del domingo.
El carnaval tenía semi paralizada a Bolivia desde principios de mes, con gran variedad de fiestas callejeras en todos los departamentos que se prolongarán hasta el siguiente fin de semana.