Al cumplirse un año del golpe de Estado contra Manuel Zelaya, el canciller, Mario Canahuati, asegura que Honduras ya ha restablecido sus relaciones con el 95% de los países. "Con los países que aún no lo hacen, les estaremos esperando con los brazos abiertos".
Tegucigalpa/Bogotá. "Era el apoteosis de la democracia; el caso que reconciliaba a todos los que están en contra de los golpes de Estado, o al menos los que dan otros. Honduras era un festival del que solo los golpistas estaban ausentes. El presidente venezolano Hugo Chávez y el resto de América Latina; el presidente norteamericano Barack Obama y la Unión Europea condenaban el golpe militar con el derrocamiento de Manuel Zelaya el 28 de junio".
"Roberto Micheletti, del Partido Liberal como el presidente, había convocado la asonada militar y usurpaba su puesto interinamente. Pero la asociación de amigos de Zelaya se había ido debilitando en las últimas semanas, hasta desintegrarse a causa de las elecciones presidenciales en las que era elegido Porfirio Lobo, del Partido Nacional, tan alejado políticamente del mandatario como el resto del establecimiento hondureño".
De este modo, el periodista español Miguel Ángel Bastenier describía, en una columna escrita para El Espectador de Bogotá, lo que había pasado en el país centroamericano, un verdadero caos del cual no se sabe a ciencia cierta por qué empezó. Que se quiso reelegir, que se volvió de izquierda radical, que lo traicionaron, que violó la Constitución y hay que capturarlo, muchas son las "verdades".
Lo cierto es que asumió un nuevo gobierno, el de Porfirio Lobo, el mismo que hoy en día tiene a cargo las riendas del país. Y fue en Mario Miguel Canahuati Panayotti en quien recayó la tarea de recomponer la imagen y las relaciones de la nación centroamericana ante el mundo.
Ex embajador de Honduras en Estados Unidos, Canahuati asumió el reto. Oriundo de San Pedro Sula, se trata de un ingeniero industrial y empresario de 55 años de edad que fue precandidato presidencial de Honduras. Está casado, tiene cuatro hijos y hace parte de una de las familias más poderosas de ese país. Ahora, en calidad de canciller, no sólo intenta restablecer la imagen de la nación. También trabaja para que Lobo cuente con un amplio respaldo en la próxima Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, entre otras labores.
Desde Tegucigalpa, el diplomático habló con El Espectador del primer aniversario del golpe de Estado y del rechazo manifiesto de algunos países.
- Un año después de la salida del gobierno de Manuel Zelaya ¿Qué balance presenta del país?- Sin lugar a dudas la crisis política vivida por el país a partir del 28 de junio del año anterior derivó en una pérdida de la capacidad competitiva de Honduras, de exportaciones, de actividad comercial, disminución del dinamismo del comercio interno y externo. Obviamente no podemos separar el hecho que la crisis financiera mundial también tuvo una incidencia en el comportamiento económico de Honduras, de tal forma que fue la combinación de los dos elementos, la crisis financiera internacional y la crisis política las que generaron un profundo problema social económico que se está superando con la celebración del proceso electoral del 29 de noviembre de 2009 y el inicio del proceso de reconciliación promovido por el presidente Porfirio Lobo. El balance es positivo.
- Pero en un país que vivió semejante crisis política no todo debe ser tan positivo ¿qué debilidades hay?- ¿Debilidades? Lo que diría en este momento es que lo que presenta el presidente Lobo son fortalezas. Y están al servicio de la Nación. Está la decisión de unir y reconciliar a Honduras.
- ¿Hay mucha división?- En Honduras la unidad y la reconciliación son punto de partida, son condición necesaria para promover una nueva etapa en el desarrollo integral del país. Sin unidad y sin reconciliación, Honduras no tendrá posibilidades de enfrentar los retos que en materia social y económica debe asumir para los próximos años.
- ¿Por qué aceptó asumir como canciller de un gobierno que nacía producto de un golpe de Estado?- La acepté en función por mi profundo amor por Honduras, bajo la convicción de que todos los hondureños estamos obligados a participar en el reto que significa sacar el país adelante.
- ¿Y cómo hará para que el gobierno hondureño termine siendo reconocido plenamente por la comunidad internacional?- El reconocimiento ya se ha dado. El 95% de los países han normalizado sus relaciones con Honduras y el 100% de los organismos internacionales ya lo han hecho. Con los países que aún no lo hacen, les reitero una vez más que les estaremos esperando con los brazos abiertos.
- A su juicio, ¿esos países que no restablecen relaciones están orquestados por el presidente Hugo Chávez?- Yo quisiera insistir en que el interés de Honduras está en sus países amigos, los que han reconocido el gobierno del presidente Lobo. Con los que aún no nos une el vinculo de la normalización de relaciones les expresamos una vez más que los esperamos.
- ¿Qué opinión le merece el gobierno de Hugo Chávez?
- El gobierno de Hugo Chávez nace de un proceso democrático en Venezuela. Sin embargo, no compartimos intenciones de incidir o intervenir en las políticas internas de otros países, las decisiones que tome el gobierno de Hugo Chávez dentro de Venezuela deben ser decisiones compartidas con su pueblo. Pero él no puede tener como parte de sus políticas la intervención, que trasciende sus fronteras.
Regreso de Zelaya
- Se cumple un año del golpe de Estado. ¿Cuál será la suerte del ex presidente Manuel Zelaya si regresa a Honduras?- Soy partidario de lo ya expresado por el presidente Lobo. Honduras en un país libre que está abierto a la presencia y permanencia de todos sus ciudadanos. Compartimos el hecho de que el ex presidente Zelaya pueda regresar en el momento que él lo considere conveniente. Lo que deberá hacer es, como hondureño, afrontar los juicios pendientes que obran en su contra, tal como lo han hecho mucho de los ex funcionarios que han regresado a Honduras, que han enfrentado en completa libertad los juicios. Creemos firmemente que el sistema judicial hondureño, que la justicia de Honduras está lista para recibir al ex presidente Zelaya.
- ¿De qué se le acusa?- Emitir juicios alrededor de qué pasó con el ex presidente Zelaya es una misión que se ha encomendado a la “Comisión de La Verdad”, que es la que deberá conocer que pasó antes, durante y después del 28 de junio.
- A su juicio ¿por qué fue destituido Manuel Zelaya?- Una vez más, reitero que el interés de Honduras es ver hacia el futuro. La “Comisión de La Verdad”, en un proceso de consulta con todos los sectores de la sociedad, emitirá un informe a la Nación alrededor de cuáles fueron las circunstancias que acompañaron la salida del ex presidente Zelaya. No le puedo dar tiempos.
- ¿Por qué, si el gobierno del presidente Lobo ya es reconocido, se marginó del encuentro entre la Unión Europea y América Latina en Madrid?- Ese fue un acto de cortesía para el gobierno de España. Nosotros somos un gobierno que decimos no a la confrontación, un gobierno que dice sí a la amistad. En ese sentido, lo que decidimos fue evitar una confrontación bajo el marco de la Cumbre de América Latina-Unión Europea y decidimos no participar en la misma.
- ¿Pero eso no es ceder frente a quienes se rehúsan a reconocerlos como gobierno?- No. Como le digo tenemos una completa aceptación, relaciones formalizadas con el 95% de los países, el 100% con los organismos multilaterales de crédito y más de 100 países que forman parte de Naciones Unidas han reiterado su apoyo y su reconocimiento al gobierno del presidente Lobo.
- ¿El presidente Lobo estará en la Asamblea General de la ONU?- Claro. Y lo que esperamos en noviembre es un apoyo total y restricto a la participación y a la presentación del presidente Lobo ante la Asamblea General.