Los gobiernos de Bolivia y Estados Unidos mantienen una relación polémica, pese a haberla restablecido el año pasado y carecen de embajadores desde 2008.
La Paz. Bolivia anunció que tiene "pruebas irrefutables" para presentarlas al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sobre la política de Washington para "dañar la imagen y desestabilizar" a la administración de Evo Morales.
"Desde hace mucho tiempo estamos haciendo un seguimiento a los actos de la potencia (EEUU) en nuestro país. Hay tantas evidencias para entregar esas pruebas a Obama, al presidente de Estados Unidos; para decirle: '¡Dejen de hostigar el gobierno boliviano, dejen de cercar políticamente a nuestro gobierno, dejen de emboscarnos políticamente!'", dijo el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, a la prensa estatal.
Reiteró que La Paz tiene "pruebas irrefutables" del permanente asedio de la embajada estadounidense en Bolivia para "dañar la imagen y el prestigio del gobierno boliviano con el propósito de derrumbarlo".
Los gobiernos de Bolivia y Estados Unidos mantienen una relación polémica, pese a haberla restablecido el año pasado y carecen de embajadores desde 2008.
El presidente Morales expulsó de Bolivia, en septiembre de 2008, al embajador estadounidense Philip Goldberg, tras acusarlo de conspiración. Poco después, Washington tomó similar decisión contra el diplomático Gustavo Guzmán.
También el gobierno de La Paz, en noviembre de 2008, echó a la estadounidense Administración de Drogas y Narcóticos (DEA).
La relación bilateral, en los últimos tres años, estuvo marcada por acusaciones contra la embajada estadounidense por parte de Bolivia de "injerencia y conspiración".
Los gobiernos de La Paz y Washington firmaron el 7 de noviembre del 2011 en Estados Unidos el Acuerdo Marco que reencamine las relaciones bilaterales.
El convenio instituye una comisión mixta para garantizar la aplicación del acuerdo y da pie al restablecimiento de los embajadores sobre la base del "respeto mutuo".
Como consecuencias del encaminamiento de relaciones entre ambos países, el 28 de febrero del año pasado, los gobiernos de Bolivia y Estados Unidos decidieron la reposición de embajadores, aunque no fijaron la fecha para concretar esta iniciativa. Hasta la fecha ambos gobierno aún no han designado sus embajadores.
En la entrevista con la prensa estatal, el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, afirmó que la administración de Obama no está conforme con los logros "positivos" obtenidos en la gestión del presidente Evo Morales, quien rompió con los esquemas tradicionales de "sometimiento de los anteriores gobierno neoliberales".
"En Bolivia este proceso de cambio es un mal ejemplo para Estados Unidos, y no se puede dar el lujo de tener en el corazón de América del Sur, un país que esté dando mal ejemplo al resto del mundo y el mal ejemplo que da Bolivia", afirmó.
Además dijo que Estados Unidos no acepta que Bolivia es capaz de nacionalizar sus recursos naturales, de echar abajo las consigas del neoliberalismo, de revertir la conciencia de resignación para transformarla en conciencia de rebelión.
"Estados Unidos pretende desmantelar este proceso de rebelión, de mandato político que tienen las agencias de seguridad, y todas, entre comillas de cooperación, es hacer todos los esfuerzos de distintas perspectivas para asediar al gobierno", afirmó.
Pidió a analistas que pertenecieron a la derecha opositora tener mayor criterio al momento de opinar sobre la coyuntura del país andino.
Según el ministro boliviano, existen pruebas irrefutables de sus informes manipulados de lucha contra el narcotráfico, contra el terrorismo, informes unilaterales de derechos humanos en Bolivia que los desenmascaran.
"Hay que analizar esos informes sobre Bolivia, y no hay mayor evidencia de lo que es esta guerra permanente de Estados Unidos contra el proceso de cambio que encarar el gobierno de Evo Morales", afirmó.