El cáncer de Hugo Chávez introduce dudas sobre la continuidad de la revolución bolivariana en Venezuela.
La realidad suele verse desde puntos opuestos en el laberinto de espejos en que se ha convertido la polarizada Venezuela. Sin embargo, hasta hace muy poco era difícil de imaginar un escenario más complejo como el surgido en torno a la salud del presidente Hugo Chávez.
El mandatario asegura que ya se curó y que no hay una sola célula maligna en su cuerpo. Pero insistentes versiones esbozan un escenario muy diferente. Según distintos voceros, que sostienen haber tenido contacto directo con la situación, Chávez no sólo sigue padeciendo de la enfermedad, sino que además ésta se encuentra en una etapa terminal. Exageradas o no, estas versiones confirman que ningún otro tema cobra mayor importancia en el país petrolero de cara a las cruciales elecciones de octubre de 2012. En ellas se decidirá nada menos que la transformación socialista del Estado.
“Todo gira alrededor del presidente Chávez y de su enfermedad”, dice Óscar Schemel, presidente de la encuestadora venezolana Hinterlaces. “Es la gran interrogante dentro de la política venezolana, el elemento de incertidumbre que provoca respuestas pasionales no solamente del lado del chavismo, sino también del lado de la oposición”.
Aunque visiblemente afectado por efecto del tratamiento que recibe, el mandatario ha aumentado gradualmente sus comparecencias en público, sosteniendo reiteradamente que seguirá viviendo y gobernando el país por los próximos 20 años. “Más nunca me van a sacar del gobierno”, aseguró a mediados de noviembre. “Ellos [los opositores] estaban empeñados en que yo me fuera, pero ahora yo no me voy en el 2021, me voy en el 2031”.
No obstante, detractores e incluso algunos antiguos colaboradores del mandatario aseguran que su enfermedad es mucho más grave de lo que deja entrever. Entre los primeros se encuentra el ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado, Roger Noriega, quien asevera que a Chávez le quedan pocos meses de vida.
“Según fuentes que me han proporcionado información privilegiada y documentos desde dentro del régimen, el cáncer de Chávez se está propagando más rápido de lo esperado y podría causarle la muerte antes de las elecciones presidenciales en octubre de 2012”, aseguró recientemente Noriega. “Chávez ha insistido en recibir dosis bajas de quimioterapia para evitar largas ausencias de la escena política durante este frágil período”.
Según el diplomático, las autoridades estadounidenses tenían conocimiento de que Chávez padecía de cáncer seis meses antes que el mandatario lo admitiera públicamente, y ahora saben que es poco probable que sea el candidato en las próximas elecciones presidenciales.
Previamente, Salvador Navarrete, un antiguo médico de cabecera de Chávez, declaró que el mandatario sufría de un cáncer de pelvis muy agresivo y, al momento de su diagnóstico, contaba con una expectativa de vida de sólo dos años. Navarrete, quien se vio obligado a abandonar el país, dijo que había sido inducido a hablar por la propia familia del jefe de Estado, la que preferiría verlo aparado del poder para concentrarse en su tratamiento.
Células rebeldes
La enfermedad surgió en momentos en que Chávez realizaba los preparativos para radicalizar su revolución bolivariana.
Leonardo Palacios, profesor en materia tributaria de la Universidad Central de Venezuela (UCV), dice que la Asamblea Nacional, con una representación mayoritariamente chavista, ha estado aprobando aceleradamente un conjunto de leyes que establecen el “carácter socialista” de la economía venezolana.
“Todo, absolutamente todo, quedaría bajo la administración del Estado”, dice Palacios. “Todo lo concerniente a la producción, la distribución y hasta la forma de consumo sería administrado y regulado por el gobierno central”.
Las leyes introducen los conceptos del Estado Comunal y la Economía Comunal, sobre los cuales descansarían eventualmente los medios de producción, así como la arquitectura de poder del país. La normativa legal no ha comenzado a ser aplicada, en momentos en que la atención pública se vuelca sobre la enfermedad de Chávez, pero esto podría cambiar si el mandatario logra ser elegido para un nuevo período.
La enfermedad del mandatario, sin embargo, genera dudas sobre sus prospectos de elección en los comicios de octubre. Aun cuando su hábil manejo mediático de la enfermedad le ha generado cierto elemento de lástima, que le ha sido favorable en las encuestas, ese aumento en popularidad no se ha traducido en una mejora en la intención de voto.
Adicionalmente, la oposición ha avanzado significativamente en los últimos años en la formación de un solo frente y, en febrero, tiene previsto escoger a un candidato único para hacerle frente al mandatario. “La oposición ahora es mucho más competitiva en esta oportunidad que en el pasado”, asegura el analista político John Magdaleno.
Juega a su favor el desencanto de la población. Según datos recientes de Hinterlaces, el 59% de los venezolanos desaprueba la labor del presidente en materia de la seguridad. Más del 50% considera que ha fracasado en atender las necesidades de transporte y vialidad. El 70% cree que ha sido ineficaz en controlar la inflación y el 67% está inconforme con su manejo de la crisis eléctrica.
“La campaña del próximo año va a ser una campaña muy exigente y muy desgastante y habría que ver el tipo de campaña que puede realizar el presidente cuando sufre de cáncer”, dice Magdaleno. El régimen siempre ha sostenido la imagen de que no hay chavismo sin Chávez. Los constantes enfrentamientos entre las diferentes facciones del movimiento resaltan su fragilidad. Según versiones de la prensa local, el canciller Nicolás Maduro es el dirigente con mayores probabilidades de poder motivar a las bases del movimiento para que salga a votar, pero no cuenta con el carisma y el mismo grado de respaldo a nivel nacional y tendría un camino cuesta arriba para derrotar a la oposición en una contienda electoral.
Otros potenciales candidatos también incluyen al actual vicepresidente Elías Jaua y el hermano del presidente y gobernador del estado de Barinas, Adán Chávez, pero ambos cuentan con un respaldo popular aún inferior al de Maduro. Por otro lado, los observadores mantienen un ojo puesto sobre las maniobras del ex vicepresidente Diosdado Cabello, un diputado oficialista con amplia influencia dentro del sector militar adepto a la revolución bolivariana.
“Todo dependerá del devenir de los próximos meses”, advierte Palacios, de la UCV. El académico es de los que creen que una nueva derrota de la oposición sería catastrófica, pues “un nuevo período de Chávez pudiera comprometer la estabilidad democrática en el país, porque teniendo una Asamblea a su favor, teniendo un gobierno a su favor, y ahora con las nuevas leyes…”