La cámara baja del Congreso votará este miércoles un decreto presidencial que reorganiza el poder ejecutivo, reduciendo el número de ministerios a 20. Sin embargo, los constantes enfrentamientos entre el Ejecutivo y el Congreso amenazan con frenar su agenda de gobierno.
Brasilia. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, enfrenta este miércoles una prueba crucial de su capacidad para gobernar sin cortejar a los partidos tradicionales en el Congreso, que amenaza con descarrilar su agenda y aplastar a su gabinete luego de meses de antagonismo mutuo.
La cámara baja del Congreso votará un decreto presidencial que reorganiza el poder ejecutivo, reduciendo el número de ministerios a 20, desde los 29 actuales.
El decreto expira el 3 de junio si el Congreso no lo aprueba, lo que pondría en crisis al gobierno de Bolsonaro, forzando una reorganización del ministerio y subrayando cómo una coalición ingobernable puede mantener su agenda. Los legisladores ya han propuesto cambios en el decreto.
Las luchas del presidente para incluso lograr que se apruebe el formato de su gabinete, han suscitado dudas de que puede obtener apoyo para un ambicioso proyecto de ley de reforma de pensiones, la piedra angular de su agenda económica, ahora en manos de una clase política a la que insulta abiertamente.
Bolsónaro, ex capitán del ejército y apologista de la dictadura militar de 1964-85 en Brasil, ejerció poca influencia en sus tres décadas en el Congreso y lanzó su campaña de base como una cruzada contra el comercio de caballos de la "vieja política" de Brasil.
“Bolsonaro desprecia la democracia. Tenemos que aislar su actitud antidemocrática y la falta de respeto por las instituciones para que esto no paralice al país", dijo el legislador Marcelo Ramos, presidente del comité del Congreso sobre la reforma de pensiones.
Ramos dijo que el gobierno no pudo construir una coalición con los 308 votos necesarios para aprobar el proyecto de ley de pensiones, con el objetivo de ahorrar 1,2 billones de reales (unos US$300.000 millones) en una década para restablecer la confianza de los inversionistas y poner en marcha una recuperación económica.
Ramos estimó que el proyecto de ley no podría reunir más de 200 votos en la actualidad.
El secretario de Trabajo y Pensiones, Rogerio Marinho, dijo este miércoles que entre 250 y 270 legisladores de la cámara baja habían hablado favorablemente sobre la reforma previsional.
Bolsonaro dijo que preferiría trabajar con caucus centrados en los problemas que con los líderes de los partidos y pidió a sus partidarios a través de las redes sociales que presionen a los legisladores para que no obstruyan su agenda.
Este lunes atacó a la clase política por ser el "gran problema" del país y culpó a los grupos de interés por impedirle gobernar.
Ramos y el portavoz Rodrigo Maia, que rompieron las conversaciones con el jefe de la coalición de Bolsonaro en la cámara baja este martes, dijeron que planean seguir adelante con la agenda legislativa con o sin la ayuda del gobierno.