Con la tensión catalana trasladada ya a los mercados financieros y ambas partes acusándose de estar fuera de la realidad mientras la crisis política agranda la fractura social, el presidente catalán Carles Puigdemont dijo que no descarta su detención.
Madrid. A cuatro días de un pleno del Parlamento catalán que podría declarar la independencia unilateral de la región, los gobiernos central y catalán seguían el jueves sin ofrecer expectativas de un diálogo que pueda evitar el choque institucional tras intercambiar en las últimas horas mensajes de forma indirecta.
Con la tensión catalana trasladada ya a los mercados financieros y ambas partes acusándose de estar fuera de la realidad mientras la crisis política agranda la fractura social, el presidente catalán dijo en una entrevista publicada el jueves por el diario alemán Bild que no descarta su detención.
“Personalmente, no tengo miedo a eso. Y ya no me sorprende nada de lo que está haciendo el Gobierno español. También es posible mi detención, lo cual sería una medida bárbara. El Gobierno español comete un error tras otro y hacen la vista gorda ante la realidad”, dijo Carles Puigdemont al Bild, que el miércoles ya había avanzado parte de su contenido.
El referéndum de autodeterminación celebrado el pasado domingo -pese a haber sido prohibido por la justicia- y la polémica actuación policial durante esa jornada han dado alas al movimiento independentista y crispado las posiciones para una posible negociación.
Durante un mensaje institucional emitido el miércoles por la noche en el que criticó la declaración realizada 24 horas antes por el rey Felipe VI, Puigdemont aseguró que no se desviará de la hoja de ruta secesionista tras la consulta del domingo, pese a hacer una nueva llamada a la mediación.
Un día antes, en otra declaración televisada también en horario de máxima audiencia, el rey había arremetido contra el Gobierno catalán, acusándolo de “deslealtad inadmisible” y diciendo que el Estado actuaría para preservar la Constitución.
“Que vuelva la ley”. Entre llamados al diálogo y a la mediación desde dentro y fuera de España, el Gobierno de Mariano Rajoy volvió a marcar sus condiciones para poder abrir una vía a las conversaciones, que pasan principalmente porque las autoridades catalanas renuncien a la declaración unilateral de independencia.
“La negociación en democracia sólo tiene un camino, el camino de la ley. Si el señor Puigdemont quiere hablar o negociar, o quiere enviar mediadores, sabe perfectamente lo que debe hacer antes: volver a la senda de la ley, que nunca debió abandonar”, dijo el Gobierno en un comunicado difundido por Moncloa tras el mensaje televisado de Puigdemont.
El Ejecutivo rechazó además “tajantemente” las críticas contra Felipe VI, que en su opinión demostraban que el presidente de la Generalitat “no sólo está contra la ley, sino fuera de la realidad”.
“Ha perdido esta noche la oportunidad de devolver a Cataluña a la senda de la convivencia y de la ley. Lejos de ello, ha seguido avanzando en su proyecto de radicalidad, aislamiento y desafío a las instituciones”, añadió.
En un tono muy duro, el comunicado de Moncloa acusó a Puigdemont de “empecinamiento irresponsable” y de haber causado daño “a Cataluña, a sus ciudadanos, a su concordia y a su economía” con su “deriva insostenible”.
“El Gobierno no va a negociar ninguna ilegalidad, no va a aceptar ningún chantaje. Ya ha hecho mucho daño con sus ilegalidades, retire la amenaza de la ruptura y empiece por hablar con todos los partidos políticos catalanes cuyos derechos ha pisoteado”, afirmó el ejecutivo.