El gobierno británico intentó hoy restar importancia al envío a las islas Malvinas de un submarino nuclear, en medio de crecientes tensiones con Argentina por la soberanía del archipiélago.
Londres. Sin referirse tácitamente al despliegue del buque de guerra, el ministro de Relaciones Exteriores de Reino Unido, William Hague, declaró a la cadena de televisión Sky News, que los movimientos "son totalmente rutinarios".
El gobierno de Buenos Aires acusa a Londres de pretender militarizar la disputa por la soberanía de las islas, usurpadas por la nación europea en 1833 y causantes de una confrontación bélica entre ambos países en 1982.
Varios medios de prensa británicos confirman la decisión de Reino Unido de enviar a Malvinas al destructor HMS Dauntless, equipado con misiles antiaéreos, y cuya determinación causó malestar en Argentina.
Sobre la presencia del buque de guerra en el archipiélago, Hague subrayó, "normalmente no hacemos comentario sobre el despliegue de los submarinos, pero nuestros buques navales visitan regularmente el Atlántico Sur".
El HMS Dauntless es uno de los seis nuevos destructores Tipo 45 con que cuenta la Marina británica, equipado con misiles de alta tecnología Sea Viper, y cuenta además con un avanzado sistema de navegación que hace difícil su detección por radar.
Recientemente, Reino Unido confirmó el inicio de la construcción en mayo de un aeropuerto en la isla Santa Elena, en medio del Atlántico, cuya terminación tomará alrededor de 48 meses.
El aeródromo, una pista de aterrizaje de 1,8 kilómetros permitirá a las fuerzas británicas acceder con mayor rapidez a las Malvinas en un eventual conflicto con Argentina, según analistas.
Asimismo, Londres anunció el envío de más tropas a territorio malvinense a través de Ascensión, isla dependiente de Santa Elena y principal nexo aéreo entre Port Stanley y la metrópoli, informó Prensa Latina.
Reunidos en Caracas, Venezuela, los Jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), aprobaron la víspera una declaración a favor de Argentina por el caso de las islas Malvinas.
El documento respalda la legítima reclamación de Buenos Aires al derecho a su soberanía sobre de esa porción, situada en la plataforma continental de Suramérica, así como los espacios marítimos circundantes.
Por otro lado, los países del Mercado Común del Sur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), en reciente cumbre en Montevideo, también expresaron su respaldo a la causa argentina.