Alborotadores con bombas incendiarias asolaron una zona de escasos recursos y enfrentaron a la policía en el norte de Londres durante la madrugada, incendiando vehículos policiales, edificios y un bus de dos pisos.
Londres. Londres intentaba reponerse el domingo de los peores actos de violencia vistos en la capital británica en años, los cuales fueron atribuidos por las autoridades a delincuentes, aunque residentes culparon por los desmanes al enojo por las dificultades financieras.
Alborotadores con bombas incendiarias asolaron una zona de escasos recursos y enfrentaron a la policía en el norte de Londres durante la madrugada, incendiando vehículos policiales, edificios y un bus de dos pisos.
La policía dijo que 26 efectivos resultaron heridos cuando los manifestantes les lanzaron botellas y piedras, y atacaron edificios -incluyendo bancos, tiendas y un supermercado- e incendiaron tres vehículos policiales en una estación de Tottenham, en el norte de Londres.
Residentes dijeron que se vieron forzados a huir de sus casas para escapar del enfrentamiento, mientras la policía en caballos y funcionarios anti-disturbios a pie cargaron contra la multitud para hacerla retroceder.
La policía metropolitana, que se encargará de los Juegos olímpicos de Londres el año próximo en la que se espera sea la mayor operación de seguridad de Gran Bretaña en tiempos de paz, enfrentaba serios cuestionamientos sobre por qué había permitido que los disturbios escalaran.
Los tumultos sólo lograron ser controlados el domingo después de horas de esporádicos enfrentamientos. Los edificios aún estaban humeantes, piedras obstruían las calles y las alarmas contra ladrones seguían sonando.
En un sitio cercano de venta minorista, se habían saqueado tiendas de electrodomésticos y de teléfonos celulares, y afuera podían verse las cajas vacías de grandes televisores plasma.
"Se han llevado casi todo", dijo Saad Kamal, de 27 años, gerente de sucursal del minorista JD Sports. "Lo que quedó está dañado", declaró.
Los problemas comenzaron la noche del sábado después de una protesta pacífica por la muerte de Mark Duggan, de 29 años, en un intercambio de disparos con la policía.
Duggan estaba en un taxi cuando fue detenido por agentes armados como parte de una operación planificada con antelación. Un policía salió ileso después de que una bala golpeó su radio. La muerte de Duggan está siendo investigada por un organismo independiente de supervisión de la policía.
Aunque ha habido disturbios en otros países europeos relacionados con la medidas de austeridad para reducir las enormes deudas nacionales, la policía de Londres y líderes de la comunidad local dijeron que la ira por la muerte de Duggan en el tiroteo fue la causa del disturbio.
Tottenham tiene una gran cantidad de minorías e incluye zonas con las mayores tasas de desempleo de Londres.
También tiene antecedentes de tensión racial con residentes jóvenes, especialmente negros, que resienten el comportamiento de la policía, incluido el uso de las detenciones y revisiones.
Los problemas del domingo se produjeron muy cerca de donde ocurrió uno de los disturbios raciales más recordados del Reino Unido hace poco más de 25 años.
En 1985, el agente de policía Keith Blakelock murió en un ataque con machetes y cuchillos en el empobrecido barrio de Broadwater Farm durante un disturbio en el que 500 jóvenes salieron a las calles, atacando a la policía, saqueando y provocando incendios.