El último debate televisivo antes de las elecciones del domingo se convierte en escenario de duros ataques hacia la actual presidenta Dilma Rousseff, que encabeza las encuestas.
La presidenta Dilma Rousseff y sus dos principales rivales en la lucha por la reelección, la ambientalista Marina Silva y el socialdemócrata Aecio Neves, protagonizaron durísimos roces durante el último debate televisivo previo a los comicios presidenciales brasileños. El debate, que terminó en las primeras horas de la madrugada de este viernes, fue dominado, como los otros anteriores, por las discusiones sobre el asunto de corrupción en empresas estatales que salpican la campaña de la presidenta, que insistió en que su gobierno fue el que "más investigó" las denuncias.
Los ataques más duros a la mandataria fueron lanzados por Neves, quien acusó al actual gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) de ser responsable del escándalo de corrupción descubierto en el gigante petrolero Petrobras, cuyo ex director Paulo Roberto Costa fue arrestado en marzo pasado. "Ustedes entregaron nuestra mayor empresa a una pandilla, cuyo director está preso. Este es el lado perverso de usar la estructura pública para emplear a aliados. En mi gobierno, la Petrobras será devuelta a los brasileños", dijo el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
Acusaciones de corrupción. En el mismo tono, la ambientalista Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB), acusó Rousseff de "esconder la corrupción" y de mentir al afirmar que ignoraba las prácticas corruptas en Petrobras. "No es posible que la presidenta diga que una persona desvió recursos públicos durante doce años sin que nadie lo supiera", afirmó. La mandataria reaccionó revelando que cesó a un funcionario nombrado por Silva cuando era ministra de Medio Ambiente por desviación de recursos públicos, y que pese a ello no la acusó de ser responsable de las irregularidades.
Rousseff agregó que el combate a la corrupción es una prioridad de su gobierno, y anunció que dictará nuevas leyes para endurecer las penas a los responsables de desviación de dinero público: "Antes de nosotros, nadie iba preso". "Nadie está inmune a la corrupción, corruptos hay en todas partes, pero las instituciones deben ser capaces de asegurar que todos los delitos sean investigados y castigados", añadió la mandataria.
Sobre la independencia del Banco Central. El "duelo" con Marina Silva, por otra parte, se libró en torno a la propuesta de la ambientalista de conceder independencia al Banco Central, con mandatos fijos para sus dirigentes. "Respeto la autonomía del Banco Central, pero tiene que ser una opción de los gobernantes en defensa de una política de combate a la inflación. Ello no significa que el presidente y los directores no puedan ser reemplazados. Los Poderes independientes son solo tres: Ejecutivo, Legislativo y Judicial", afirmó la presidenta.
En respuesta, la candidata socialista acusó a Rousseff de "no entender" el concepto de independencia del Banco Central. "Esto le pasa a una persona que jamás fue concejal y se convirtió en presidente de la República. La autonomía del Banco Central no significa que vaya a ser un poder independiente, sino que tendrá poder para evitar que la inflación vaya en aumento como está ocurriendo en tu gobierno", le espetó.
Brasil no es la 'isla de fantasía' que muestra la publicidad. La economía, y el supuesto "fracaso" de la presidenta en esta materia, centró gran parte del debate. "Mi política fue exitosa si se la compara con la de los gobiernos del PSDB, durante los cuales Brasil quebró tres veces", respondió Rousseff. "Durante los gobiernos de Fernando Henrique Cardoso, la inflación superó la meta, la tasa de desempleo era del 12,5%, la tasa de interés superó todos los récords y llegó al 45% al año. Ustedes pusieron a Brasil arrodillado ante el FMI", se defendió la presidenta.
"Todo el mundo sabe que Brasil tiene realmente muchos problemas. No es la 'isla de la fantasía' que aparece en la publicidad", atacó Silva, antes de hacer un llamamiento a los votantes: "Si trabajamos unidos, Brasil será mucho más hermoso que cualquier publicidad".
El tono agresivo adoptado por los tres candidatos reflejó la dura disputa por votos en la recta final de la campaña, que convirtió el debate de ayer noche en una oportunidad vital para los principales postulantes al puesto. Según dos encuestas divulgadas este jueves, Rousseff se mantiene como líder de la disputa con un 40% de las intenciones de voto, un índice que virtualmente le asegura la victoria en las urnas del domingo, pero es insuficiente para asegurarle la reelección en la primera ronda.