Si bien antes la principal demanda de los colombianos era la seguridad, ahora están preocupados de temas sociales como el empleo y la salud.
Bogotá. El presidente electo de Colombia, Juan Manuel Santos, asumirá el poder este sábado con los desafíos de restablecer las relaciones diplomáticas con Venezuela, combatir la corrupción, el desempleo y la pobreza, pero sin descuidar la lucha contra la guerrilla y el narcotráfico.
A diferencia de épocas anteriores cuando los colombianos, hastiados de la violencia de la guerrilla, reclamaban más seguridad, actualmente los temas sociales como el empleo y una mejor cobertura de salud dominan las prioridades y serán decisivos para la gobernabilidad del mandatario entrante.
Pero la solución de los problemas sociales que enfrenta este país exportador de petróleo, carbón y café pasa necesariamente por acabar la violencia de la guerrilla y del narcotráfico, dijo el analista Rafael Nieto.
"Tiene muchos retos en varios frentes, pero hay unos que siguen siendo fundamentales. Tiene que terminar de matar la culebra (la guerrilla y el narcotráfico), la resolución definitiva del problema de violencia en Colombia es vital para abordar los otros temas de la agenda nacional", aseguró.
Nieto recordó que Colombia destina millonarios recursos a combatir la guerrilla y el narcotráfico que podría invertir en salud, educación y vivienda, en un país con profundas desigualdades sociales.
"Son dos problemas que aunque están reducidos hay que superarlos en forma definitiva", afirmó el experto, quien admitió que el tema social al que Santos debe enfrentar con más urgencia es la reducción del desempleo, que a nivel urbano marcó 12,8% en junio.
Casi la mitad de los 44 millones de habitantes de Colombia vive en la pobreza. La generación de empleo es fundamental para reducir el indicador, dijo Nieto, quien advirtió que Santos debe solucionar los caóticos problemas del sistema de salud para evitar una crisis fiscal.
El sector de la salud vive una crisis que amenaza su sostenibilidad por falta de recursos, mientras que el acceso a la educación de calidad se ha convertido en un privilegio para las personas de altos recursos.
La pobreza y la desigualdad social han sido por años una de las banderas que ha enarbolado la guerrilla izquierdista para justificar su lucha armada de más de cuatro décadas.
Nieto sostuvo que otro punto importante será la lucha contra la corrupción, después de los escándalos que afrontó el Gobierno de Álvaro Uribe por la supuesta adjudicación irregular de millonarios subsidios agrícolas.
Relaciones internacionales. El analista afirmó que los más de tres millones de votos que Antanas Mockus obtuvo en la segunda vuelta de la elección presidencial fueron una voz de protesta contra la corrupción que devora millonarios recursos.
Nieto también mencionó una reforma a la justicia, la inversión en infraestructura para impulsar el desarrollo del país y la generación de empleo como retos para Santos, además de medidas económicas para contener la apreciación del peso.
Para la directora del Instituto de Ciencia Política, Marcela Prieto, el manejo de las relaciones internacionales y la aprobación de los tratados de libre comercio con Estados Unidos y la Unión Europea serán otros de los desafíos para el Gobierno de Santos.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, rompió en julio las relaciones diplomáticas con Colombia después de que el gobierno de Uribe denunció que jefes de las FARC y del ELN se refugian en campamentos instalados en ese país, al parecer con la complacencia de Caracas.
Desde hace más de un año Chávez ordenó llevar a cero el comercio con Colombia en represalia por la firma de un acuerdo entre Bogotá y Washington que da acceso a militares de Estados Unidos a siete bases colombianas para realizar operaciones contra el narcotráfico y el terrorismo.
El mandatario izquierdista sostiene que desde las bases de Colombia, Estados Unidos planea una invasión a su territorio para frenar su autoproclamada revolución socialista, versión que niegan Bogotá y Washington.
Santos buscará normalizar las relaciones diplomáticas con Ecuador, suspendidas por el presidente Rafael Correa en marzo de 2008 después de que militares colombianos bombardearon una zona selvática de ese país en una operación en la que murió el líder de las FARC Raúl Reyes y 24 personas más.
Santos afronta un proceso judicial en ese país por ese caso, pero los analistas confían en que podría superarse.
"En el plano internacional el manejo de la restauración de canales de diálogo con Venezuela y fortalecer lo que ya se ha venido adelantando con Ecuador es un reto, además de sacar adelante los dos tratados de libre comercio con Estados Unidos y la Unión Europea", dijo Prieto.
El nuevo Gobierno también deberá respetar de forma estricta los derechos humanos tras el escándalo que sacudió al Ejército por la ejecución extrajudicial de cientos de jóvenes a los que presentaron como integrantes de grupos armados ilegales muertos en combate.
De acuerdo con Marcelo Pollack, investigador sobre Colombia de Amnistía Internacional, Santos debe normalizar las relaciones con el poder judicial tras los enfrentamientos que encabezó Uribe y dar garantías a sindicalistas y defensores de derechos humanos.
"El nuevo Gobierno tiene la oportunidad de alejarse de la hostilidad que mostraba el Gobierno saliente hacia los defensores y defensoras de derechos humanos y de poner fin a la cultura de impunidad que ha permitido que quienes cometen abusos eludan la acción de la justicia", dijo Pollack.