La situación política y económica del país puede depender en gran medida de la forma en que el presidente boliviano continúe su relación con los sindicatos, pueblos indígenas y otras organizaciones sociales.
La Paz. El presidente indígena de Bolivia, Evo Morales, inicia este sábado su sexto año de mandato presidencial, con la necesidad de adoptar medidas favorables a las inversiones extranjeras aunque esto podría provocarle dificultades políticas.
La situación política y económica del país puede depender en gran medida de la forma en que Morales continúe su relación con los sindicatos, pueblos indígenas y otras organizaciones sociales, a los cuales prometió consultar medidas económicas tras fracasar recientemente en un alza de combustibles.
Los siguientes son algunos de los escenarios posibles en los próximos meses en Bolivia:
*Evo y movimientos acuerdan “gasolinazo” gradual. En el escenario menos conflictivo, Morales lograría el respaldo de los movimientos sociales para iniciar una eliminación gradual de las subvenciones a los combustibles como clave para atraer inversiones petroleras. Con ese apoyo, el mandatario podría cumplir también su propósito de dictar normas para captar inversiones extranjeras en general, que el país necesita para industrializar sus materias primas y salir de la pobreza.
Un fortalecimiento de la alianza entre Morales y los movimientos sindicales dejaría casi inmovilizada a la oposición política tradicional, facilitando la aprobación de un ya anunciado paquete de 25 leyes de reformas sociales y económicas, entre estas últimas una para promover inversiones.
*Movimientos bloquean medidas pro mercado. Los movimientos sociales podrían distanciarse de Morales y bloquear sus planes pro mercado, especialmente si dirigentes de extrema izquierda y viejos rivales sindicales del gobernante logran ganar la dirección de la Central Obrera Bolivia en un congreso laboral nacional que se realizaría a mediados de año.
El bloqueo inmovilizaría megaproyectos como corredores bioceánicos de carreteras y tren, industrialización de gas natural, complejos hidroeléctricos y hasta la explotación de las reservas de litio del salar de Uyuni.
Los movimientos sociales, generalmente opuestos a las inversiones extranjeras, han mostrado que pueden ejercer una presión mucho mas fuerte que la oposición política en la Asamblea Legislativa.
*Evo desafía a los movimientos: riesgo de inestabilidad. Si Morales decide aplicar un nuevo "gasolinazo" y otras medidas pro inversiones extranjeras sin la venia de los movimientos sociales, la situación más probable sería la de una ola de protestas e inestabilidad social y política.
Las organizaciones sociales suelen movilizarse con gran facilidad y fuerza cuando se trata de exigir abastecimiento de productos básicos y controles de precios, como lo mostraron a fines del 2010 cuando forzaron a Morales a dejar sin efecto un fuerte reajuste de combustibles.
Esas mismas organizaciones protagonizaron las protestas callejeras que derribaron a dos presidentes neoliberales en el 2003 y el 2005.
*Crisis política... ¿Elecciones? Aunque menos probable, un distanciamiento entre Morales y los movimientos sociales podría dejar al gobierno sin sustento social, desencadenando una crisis política que pondría al país frente a un cuadro de inestabilidad porque ni el oficialismo ni oposición tienen por ahora potenciales candidatos presidenciales.
Morales es reconocido generalmente como un dique de contención para las protestas sociales, pero parece golpeado por una pérdida de credibilidad derivada del fallido "gasolinazo" y el siguiente descontrol de precios y abastecimiento de alimentos. Su actual mandato debe durar hasta enero de 2015.