A partir de este 1 de mayo, el país sudamericano cambia su horario para ahorrar energía. El cambio de hora quizás sea solo el comienzo.
“Estoy lleno de esperanza, las señales apuntan hacia el cambio”, escribió Leopoldo López, el líder opositor más prominente de Venezuela desde su detención en febrero de 2014. En un acto público realizado en Caracas, su madre, Antonieta Mendonza, leyó un mensaje que él le entregó: “El referéndum revocatorio de Nicolás Maduro es el camino para salir de la crisis”.
Más de dos millones de venezolanos aportaron, en los últimos días, sus firmas para respaldar el referéndum electoral que busca revocar el mandato del presidente Nicolás Maduro. También el líder opositor Leopoldo López pudo sumar su rúbrica, gracias a su madre, que ingresó a prisión los documentos para que el dirigente se hiciera presente en la recolección de apoyos.
Tras este éxito de la oposición, que ya en diciembre de 2015 había ganado por amplia mayoría las elecciones parlamentarias, las cosas parecen apuntar hacia un cambio en Venezuela. En las próximas semanas, las listas con las cientos de miles de firmas serán presentadas al Consejo Nacional Electoral para su revisión. En caso de que sean aprobadas, el referendo sobre el mandato de Maduro estará en marcha.
Levantamiento contra la revolución. El tiempo corre en contra para la “revolución bolivariana”, declarada en diciembre de 1998 por el carismático expresidente Hugo Chávez tras su elección. Diecisiete años más tarde, el país con las mayores reservas petroleras del mundo se halla política y económicamente al borde del precipicio.
“El Gobierno del chavismo puede asimilarse con un horror show”, escribió Isaac Nahón Serfaty en la versión latinoamericana del periódico español El País. “El país ha asistido a un espectáculo de gobierno donde se degradan las instituciones, las leyes no se respetan, se hace apología del crimen, los gobernantes se contradicen, hablan mal y muestran en ocasiones una ignorancia y un nivel de incompetencia que aterran”, apunta en su texto.
Serfaty pertenece a los cerca de 1,5 millones de venezolanos que han abandonado el país desde que comenzó a gobernar el Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV). El comunicador ya no imparte clases en la Universidad Andrés Bello de Caracas, sino en la Universidad de Ottawa, en Canadá.
Escasez y mala gestión. El "horror show" del Gobierno transformó la vida diaria de los 30 millones de venezolanos que no abandonaron el país en un espectáculo lleno de dificultades. “Linchamientos, saqueos, delincuencia desbordada, robo de fondos públicos, contrabando, mercado negro, falta de medicamentos y alimentos, colas interminables para conseguir productos básicos, y podríamos seguir con una larguísima lista de calamidades”, apunta Serfaty.
En el país falta de todo, pues la inmensa mayoría de los productos de primera necesidad deben ser importados. Desde la caída de los precios del petróleo la crisis ha empeorado ostensiblemente. Mientras, el Gobierno carece de las suficientes divisas para garantizar las necesidades básicas de la población. Los venezolanos incluso deberán abstenerse en el futuro de la muy preciada cerveza. La mayor cervecera del país, Empresas Polar, suspendió la producción. En un comunicado, la firma acusó al Banco Central en Caracas de no liberar las divisas necesarias para la importación de cebada.
Escasean los billetes. Qué tan grave es la situación lo muestra una carta enviada a mediados de abril por la imprenta británica “De la Rue” al Banco Central venezolano. En el texto, que se hizo público, se habla de deudas pendientes por un total de US$71 millones.
La escasez de billetes en Venezuela es inmensa. Con tasas de inflación que podrían llegar al 700% este año, el país exhibe el dudoso honor del primer lugar en el incremento del costo de la vida en todo el mundo. Ahora será también el primer país del mundo que no tiene más dinero para imprimir más dinero.
Pero eso no es todo. Debido a la crónica escasez de energía, los 30 millones de venezolanos ahora deben también acostumbrarse a la oscuridad. Debido a los peligrosamente bajos niveles de la central hidroeléctrica más grande del país, “Simón Bolívar”, el sistema energético está al borde del colapso.
Las consecuencias de ello son regulares caídas en el suministro en todo el país y medidas de ahorro drásticas. En 10 de los 24 estados del país la electricidad será cortada durante varias horas al día. Los servicios públicos trabajarán solo dos días a la semana y las clases en las escuelas no se impartirán los viernes, para ahorrar.
País sin luz. “Desde 2010 que se raciona la electricidad. Para mí éste es un síntoma visible del total fracaso del llamado socialismo bolivariano del siglo XXI”, dice a DW Rodrigo Blanco Calderón. El escritor ha narrado episodios de las horas oscuras que vive su país en la novela The Night.
Los apagones fueron, para Blanco, evidencia temprana de la negligencia del Gobierno de Chávez y de su sucesor, Maduro. “Pero saben cómo usar su negligencia, de manera que somos los venezolanos los que debemos acostumbrarnos a la economía de la escasez y el caos”, opina el novelista.